El número de beneficiarios del programa Ser Pilo Paga II es de 12.505 estudiantes y el monto estimado en inversión por parte del Ministerio de Educación Nacional es de $ 227 mil millones para el 2016. Si se buscara un numerario, sería un 42,4 % del monto total transferido por la Nación a la Universidad Nacional de Colombia y cerca de ocho veces el valor transferido para financiar parte del presupuesto de la Universidad de Pamplona en 2015.
Los fallos de cobertura son abismales. En Colombia más del 58% de la población estudiantil no ingresa a una institución de educación superior y los fallos de calidad se presentan no solo en los resultados de las pruebas saber 3°, 5°, 9° y 11°, sino que se perpetúan a lo largo de la vida por conducto del logro escolar. Estos se originan en parte en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Dichos resultados están condicionados por la relación mediadora entre los profesores, los estudiantes y los medios educativos (infraestructura educativa y tecnológica). Así las cosas, se debe entender que los profesores son vitales en dicho proceso, pero se necesita que su formación disciplinar y pedagógica sea rigurosa y de excelencia. De igual manera, los medios educativos utilizados dentro del proceso mágico de la enseñanza deben ser pertinentes y de calidad.
Aunque cabe advertir que existe una copiosa literatura empírica que demuestra que el principal determinante del logro educativo presente y futuro son los factores asociados a las condiciones socioeconómicas de los hogares. Al respecto ver Sánchez Jabba (2015) para el caso nacional, ver a Bonilla (2010) para el caso regional con aplicación en Cartagena, y ver a Manzano y Ramírez (2013) para el caso de Cúcuta.
Al revisar los resultados de la población beneficiaria del programa Ser Pilo Paga II, los fallos y las brechas de calidad en el país y en departamentos como Bolívar y Norte de Santander son notables. El logro educativo no solo se distribuye sin equidad sino que el propio sistema educativo lo propicia y lo perpetua. Para mayor evidencia en tan solo cinco departamentos (Antioquia, Valle del Cauca, Santander, Atlántico y Cundinamarca --incluida Bogotá D.C--), se concentra el 54 % de los beneficiarios. Bolívar y Norte de Santander alcanzan el 4% del total de beneficiarios respectivamente. Esto permite que los estudiantes ingresen a una universidad con acreditación de alta calidad. De manera singular los dos colegios oficiales de Cúcuta que más beneficiarios obtuvieron fueron el Instituto Nacional de Comercio (47) y el Sagrado Corazón de Jesús (43), lo cual es consistente con lo planteado anteriormente.
Urge revisar el contenido de la política educativa nacional, su forma de financiamiento y los incentivos que pretende generar, sobre todo a nivel regional; lejos de lograr que unos cuantos ingresen a una universidad excelencia, el grueso de la población colombiana queda por fuera o logra accesar a instituciones de mediana y baja calidad, vender esto como un gran resultado educativo y por cierto de equidad es una victoria pírrica y una verdad a medias.