'El nuevo alcalde de Bucaramanga es un lobo con piel de oveja'

'El nuevo alcalde de Bucaramanga es un lobo con piel de oveja'

"Su falsa filantropía va encaminada a beneficiar la burbuja inmobiliaria en auge"

Por: Horacio Duque Giraldo, Anncol
enero 18, 2016
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'El nuevo alcalde de Bucaramanga es un lobo con piel de oveja'
Tomada de Vanguardia Liberal

Rodolfo Hernández es el nuevo jefe del gobierno municipal que atenderá la gestión administrativa y política de Bucaramanga en el periodo comprendido entre los años 2016 y 2019. El burgomaestre se presentó por una coalición cívica aupada por el uribismo ultraderechista. Se trató de una alianza promovida por los conglomerados empresariales del mercado inmobiliario de la capital de Santander.

Hernández dice ser un empresario recargado de empatía y sensibilidad social, ajeno a la politiquería liberal y conservadora, que con el clientelismo y la descarada corrupción han desfalcado varias veces los presupuestos y patrimonios locales.

Algunos pseudo izquierdistas y oscilantes políticos de las provincias nos proponen asumir y acompañar los símbolos y gestos condescendientes de estos magnates con ínfulas de filántropos, desconociendo su verdadero origen y los intereses concretos de estos populismos derechistas.

Una elemental caracterización de la Bucaramanga siglo XXI nos indica que dicha ciudad fue fundada en 1622 por la aristocracia colonizadora española que se ubicó inicialmente en Girón, punto clave en la explotación del oro y la conformación de la encomienda colonial, fuente de la hacienda y propiedad terrateniente posterior.

Hoy, Bucaramanga tiene cerca de 600 mil habitantes, está organizada en 17 comunas, tres corregimientos y 200 barrios.

Es el epicentro de un área metropolitana que se conforma con los municipios de Floridablanca, Piedecuesta y Girón, con una población que supera el millón doscientos mil habitantes.

200 mil personas de Bucaramanga viven en condiciones de extrema pobreza, ubicadas en barrios informales y de alto riesgo, en casas con piso de barro y sin los servicios sanitarios mínimos; 50 mil personas son desplazadas por la violencia de los grupos paramilitares en el sur del Cesar, sur de Bolívar, Arauca, Casanare y Norte de Santander.

La ciudad ha sido administrada en los últimos años por una casta politiquera y corrupta de origen liberal y conservador.

A Bucaramanga se le presenta como un ejemplo de prosperidad y auge empresarial. Pero en realidad allí se ha encumbrado una elite oligárquica vinculada con el negocio inmobiliario y de la construcción.

La ciudad y el Área Metropolitana han visto florecer recientemente una burbuja inmobiliaria de amplias proporciones.

Dicho auge en la construcción ha permitido la conformación de una potente oligarquía inmobiliaria que ha utilizado los dos Planes de Ordenamiento Territorial aprobados por el Concejo y la Alcaldía municipal desde el año 2000, para apropiarse de los mejores predios urbanos y metropolitanos.

Rodolfo Hernández es uno de los representantes más sobresalientes de esa casta inmobiliaria, de la que también hacen parte empresas como Marval, Fénix y Urbanas, con tentáculos por toda Colombia, especialmente en Cali, Barranquilla y Bogotá. En esta también figura la familia Galvis propietaria del diario Vanguardia Liberal y una red nacional de periódicos derechistas y mentirosos y de cientos de hectáreas de tierras urbanas con las que realizan una amplia especulación mediante la manipulación del Plan de Ordenamiento Territorial, las burocracias de Planeación Municipal y de las Curadurías urbanas.

La presentación que hace el Portal de la constructora HG de Rodolfo Hernández es la siguiente:

“Somos una constructora que opera en área Metropolitana de Bucaramanga, Santander. En HG somos conscientes que contar con techo propio es uno de los anhelos fundamentales de las personas menos favorecidas de nuestra sociedad y que la calidad de vida de los más pobres es un factor determinante en la construcción de una Colombia pacífica y productiva. Por ello, y desde 1971 nos hemos ocupado de brindar viviendas dignas, reduciendo la densidad habitacional de los proyectos, ofreciendo un diseño urbano enriquecido y conducente a la interacción social, respetando el espacio público y equipando los proyectos con facilidades sociales y deportivas que permitan la recreación y descanso en familia que todo trabajador merece.

“HG nació el 29 de julio de 1972. Cuando terminé de estudiar en la Universidad de Colombia, en Bogotá, vivía en Piedecuesta y allí también vivía Abelardo Serrano Otero, dueño de la panadería Cóndor, y otro señor que se llamaba Guillermo Gómez Serrano.

Ellos me motivaron para unir esfuerzos y hacer unas casitas y ellos ponían la plata. 15 mil pesos fue el capital pagado inicialmente y a mí me pagaban 2 mil pesos al mes, para que me encargara de lo que era producir las casas. Ellos hacían las compras, llevaban la contabilidad y administraban; la labor mía era en el campo: al sol y al agua, produciendo las casas, además recibía el 33% de las utilidades que se producían como socio industrial. Eso arrancó el 29 de julio de 1972”, así narra la historia de HG, Rodolfo Hernández Suárez, gerente actual de la Constructora.

Más tarde

“Uno de los socios quiso retirarse porque vino el gobierno de Alfonso López, ellos eran conservadores y yo liberal, finalmente Abelardo se retiró, sin embargo, él puso 15 mil pesos y para retirarse tocó darle un millón y medio, cien veces lo que produjo en algo así como 5 años: un buen negocio. Seguí con Guillermo Gómez Serrano, hasta que también dijo que se retiraba, al retiro de él tocó darle 4 millones, que se los di en unas casas que estábamos haciendo en la calle 8 con carrera 10 y 11 en Piedecuesta, entonces seguí solo, por eso se llama Hernández Gómez, le dejé lo de Gómez, porque tenía mucha papelería impresa y no podía perder eso”, explica Hernández Suárez.

 

Los subsidios de vivienda

La Constructora HG se consolidó en el gobierno de César Gaviria Trujillo, porque fue cuando empezó la construcción de vivienda para las clases más humildes, pero a gran escala. Según lo relata Rodolfo Hernández, “empezaron a dar subsidios de un millón 500 mil pesos por casa. Entonces era bajarle a una casa de 4 millones, un millón y medio y no éramos capaces de atender la demanda. Hacíamos 1500 casas al año, la gran mayoría con subsidios y eso nos permitió un apalancamiento y una fortaleza financiera, que nos permitió la capacidad de comprar lotes, capacidad de negociación con los proveedores, eso fue a finales de los 80. Fueron 4 años haciendo 1500 viviendas por año, en esa época figuramos en el ranking de los constructores más importantes de Colombia”.

En la actualidad

“En la actualidad estamos con el interés de sostener la empresa, porque hay gente que lleva con migo 30 años y no ha cumplido la edad de jubilación y mal haría en liquidar la empresa cuando tengo gente que me ha ayudado. Nosotros alcanzamos a tener más de 1000 trabajadores, ahora estamos alrededor de 200 a 220, tenemos 2 o 3 obras acá en Santander”.

El mercado

Al preguntarle por el mercado de la construcción en Santander, Hernández nos contó: “actualmente no tengo obras sino en Girón, Piedecuesta y Bucaramanga, pero en general está llegando a niveles de saturación. Hay bastante oferta estimulada por un subsidio a la tasa de interés, que dio el gobierno hasta en apartamentos de 200 millones de pesos, pero esa plata ya se acabó. Quiere decir que el subsidio en la tasa de interés en los nuevos proyectos ya no va a estar y toca que el cliente pague los intereses del 13%, lo cual casi se duplica. Por ello me imagino que va haber un represamiento de inventarios, los constructores y todos los que están empezando que deban y que les toque ir al banco para poder hacer los edificios o las obras, les toca tener cuidado, porque al haber represamiento de productos sin poderse vender, les implica unos gastos financieros que si se demoran demasiado puede terminar absorbiendo el lote y parte del patrimonio de los constructores. La acumulación de intereses en una empresa constructora por no movilizar rápido los inventarios es un factor de alto riesgo”.

¿Cómo es el negocio?

Rodolfo Hernández: “Tenemos unos desarrollos en Bucaramanga, pero con la filosofía de sostener lo que hay para pagar los impuestos, la nómina, parafiscales, y todos los otros cargos que tiene la oficina. Los interesados en comprar se presentan en la oficina o en los puntos de venta de las obras. Tenemos 2 modalidades, nos pagan la cuota inicial en el tiempo que dure la construcción, 18 o 20 meses. Luego el cliente tramita un crédito con un banco comercial o nosotros, a través del Plan 100, con solo presentar la fotocopia de la cédula le prestamos a 15 años de plazo al 1.1% mes vencido”.

Con Hernández como Alcalde de Bucaramanga dicha ciudad entra en la fase emprendedora del neoliberalismo urbano. La favorecida con su gestión será esa misma oligarquía depredadora y codiciosa.

Las masas populares de Bucaramanga deben organizarse y movilizarse para exigir que las propuestas programáticas demagógicas planteadas por el nuevo funcionario se hagan una realidad. Particularmente aquellas con mayor lógica, ética y estética, según el lema de campaña.

Se requiere por lo demás un compromiso claro de la nueva Alcaldía con el proceso de paz que se adelanta en La Habana.

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