Titula el señor Juan Pablo Beltrán su nota ciudadana, publicada en este portal el 11 de diciembre de 2015: 'La vulgar carnicería contra Natalia Springer: no es una ladrona"; y luego en su enconada defensa dice: "Lo grave es que lo mejor del periodismo de este país se haya prestado para la quema de brujas y este chismerío de quinta"
Como lo cita el mismo señor Beltrán: "Sin duda Natalia tenía una inhabilidad ética para contratar con el Estado, manteniendo su rol como integrante de un medio de comunicación..." y ese solo y único argumento invalida toda una portentosa defensa como si la hubiese escrito la misma Springer, en la que menciona a casi todos los medios de comunicación, dejando títere sin cabeza.
Además, el señor Beltrán, desde su realidad, argumenta con nombres propios quiénes son los responsables de esta "carnicería" contra Natalia Springer donde es tratada de "corrupta , farsante, y ladrona", por parte de un periodismo "irresponsable, sesgado y sensacionalista".
En eso coincido con el señor Beltrán. Escribir el nombre de un periodista cualquiera, utilizando como pluma la coleta y luego trapear el piso con ese (esos) nombre(s), así como así, sin pruebas publicadas, es también irresponsable, sesgado y sensacionalista.
Pero yo, desde mi percepción, también tengo algo que decir a la realidad que con todo derecho de libre expresión, opina el señor Beltrán:
Yo no soy periodista, soy un colombiano de a pie, que como millares de otros vemos con indignación cómo el fiscal, Eduardo Montealegre, premia a Natalia Springer por un trabajo que el señor Beltrán cita textualmente: "Echará a andar en nuevo modelo de investigación con que la Fiscalía quiere llevar a juicio a los actores de crímenes de lesa humanidad por parte de las FARC, ELN, autodefensas y bandas criminales".
Ese premio en cuatro paquetes de regalo son: cuatro millones pesos, un viaje a Washington a exponerlo, una condecoración en la ceremonia "Enrique Low Murtra", y la propuesta de su nombre para ser la próxima fiscal General de la Nación.
(Así sea una broma). Porque no puede ser tomada de otra forma.
Eso, a los de a pie, nos ofende, nos insulta, y sí, nos parece vulgar por las siguientes razones:
El pago de miles de millones fue con dineros públicos.
En Washington, al trabajo, no le dieron mayor importancia porque lo gringos saben lo que se cuece en La Habana.
La condecoración entregada en la ceremonia que homenajea al ex-inistro " Enrique Low Murtra" indignó a las hijas del ilustre jurista, como lo reseñó Semana el 14 de diciembre de 2015.
Y se entiende que Natalia Springer no será nuestra próxima fiscal General de la Nación.
Todos sí sabemos que los responsables de crímenes de lesa humanidad de las Farc ya están prácticamente indultados en los acuerdos de paz en Cuba, por el propio fiscal Montealegre y el presidente Santos. Y lo mismo sucederá con las demás bandas criminales llámense ELN o como quieran llamarles. Y si cae alguno, será por ahí algún un disidente de medio pelo, pero no sus jefes.
El meollo del asunto: "Natalia Springer estudio la fórmula para condenar por lesa humanidad a unos criminales que ya están indultados por el fiscal".
¿No es una sinvergüenza contradicción y una costosa burla al pueblo colombiano?
De paso, "ese premio" fue una bofetada del fiscal para todo su personal integrado por más de 27.000 mil personas, con un presupuesto de miles de millones y con tecnología de última generación, lo cual no sirvió en este y en otros muchos casos para absolutamente nada.
Los fracasos del fiscal, en casos en que los colombianos reclaman airadamente su controvertida gestión investigadora como el de Luis Andrés Colmenares, Saludcoop, Luis Carlos Galán, Gómez Hurtado, toma del Palacio de Justicia, falsos testigos, el elefante blanco de la Universidad de la Fiscalía, carrusel de la contratación, entre muchos más, sobrepasaron por mucho la baja estatura moral de un fiscal que humilla a los colombianos, con sus sus propuestas injustas, prepotentes, y arrogantes.
Eduardo Montealegre, termina su periodo en poco más de tres meses, y volverá a ser el abogado que nunca dejó de ser. O se irá adonde la puerta giratoria de nuestra desprestigiada justicia lo lleve.
Natalia Springer será recordada no por su belleza ni por su inteligencia, sino por esta maniobra indignante, que desdice mucho de una persona, no solo para los medios, los periodistas, gremios diferentes, sino para el pueblo colombiano quienes coincidimos en la misma percepción.
No desprecie tanto semejante mayoría, señor Beltrán. Ni se abrogue el derecho a creer que solamente usted, la periodista Springer y el fiscal Montealegre son los únicos en Colombia que tienen la razón.
Como afirmé al inicio. Una cosa es percepción y otra cosa es realidad. Y a veces son la misma cosa. Como en este vergonzoso caso.
