A la Comunidad Profesoral y Académica
Carta abierta al señor rector Ignacio Mantilla
Discusión del Plan Global de Desarrollo 2016-2018 en el Consejo Académico.
Por Carlos Satizábal
Representante del profesorado al Consejo Académico
(Suplente del profesor Plinio Teherán).
Estimado señor rector Ignacio Mantilla
Apreciados y apreciadas colegas
El pasado viernes 27 de noviembre se discutió en el Consejo Académico el documento “Autonomía Responsable y Excelencia como Hábito - Plan Global de Desarrollo 2016-2018”, presentado por el señor rector.
Previo al debate de este documento, la comisión de los Claustros y Colegiaturas de las diversas sedes de la UN presentó la síntesis de los comentarios de la comunidad académica al plan global de desarrollo del señor rector. Fue un informe muy rico que constituye un gran aporte a la descripción de la situación actual de la Universidad Nacional de Colombia y a sus urgentes necesidades.
Dos grandes problemas revela la síntesis de los Claustros y Colegiaturas: la necesidad de un ambicioso plan de financiación que detenga el marchitamiento de nuestras tareas misionales, y la urgente recuperación de la democracia interna y la autonomía universitaria.
Un ejemplo palmario de la disolución de la autonomía en nuestra universidad fue esta misma sesión del Consejo Académico: El señor rector presenta su propuesta de Plan Global de Desarrollo al Consejo Académico sin conocer aún los resultados de los Claustros y Colegiaturas donde estudiantes y profesores discutimos esa propuesta. Uno de los decanos, de modo elegante, señaló que quizá había un problema de calendario allí.
Nuestra representación, la representación estudiantil y varios decanos y decanas analizamos críticamente el Plan Global de Desarrollo presentado por el señor rector. Fue un debate agudo con los problemas y falencias de este documento. Pero también propositivo.
El decano de Ciencias Humanas señaló que la definición de universidad era precaria. Que el Plan marginaba a las Ciencias Humanas, Económicas y Políticas y a las Artes, identificándose con las propuestas de la OCDE, con el Plan de desarrollo del gobierno nacional y con las políticas de Colciencias que lo ejecutan.
Nuestra representación propuso que este nuevo Plan Global de Desarrollo debía partir de preguntarse cuál es la universidad que necesita la paz. Estamos ante un desafío histórico: cómo nuestra universidad va a trabajar en transformar los acuerdos de paz en acuerdos sociales, en arraigar los acuerdos políticos que silencien los fusiles en transformaciones culturales, económicas, en procesos humanos y creativos de todo orden. Nuestro país se apresta a detener la gigantesca inversión que hoy hace en la guerra, en la muerte, en la destrucción, en el miedo y en la protección frente a la violencia. Parte importante de esos recursos han de ir necesariamente a la educación, al arte, a la cultura, a la reconstrucción humana y material de nuestra sociedad. Para ello es necesario invertir en la educación. Y en la universidad. El país necesita una universidad que se pregunte: qué hará para hacer realidad la paz. La universidad de la paz es una necesidad urgente. Inmediata. Y ello exige recursos financieros. Eso el país fácilmente lo puede imaginar y comprender.
La Universidad Nacional de Colombia no puede hacer un Plan Global de Desarrollo para los años en que el país empieza la construcción de la paz, sin asumir ese desafío como suyo. Más aún: ya lo venimos haciendo. Con varias cátedras y programas y a través de los centros de pensamiento. El conflicto colombiano no es cualquier conflicto armado: es el más largo y cruento del hemisferio occidental: sus cifras del horror lo revelan como el más grande desastre humanitario de occidente y el segundo o tercero del planeta.
El decano de Ciencias Agrarias coincidió con su Claustro en que el primer punto del acuerdo de La Habana, el de la ruralidad, presenta un desafío inmenso para nuestra universidad y para sus Facultades de Ciencias Agrarias. Quizá un millón de desterrados volverán al campo. Son necesarios y urgentes los cambios en el actual sistema de admisión, que recibe solo a los mejores de los mejores. Ese sistema impide que los estudiantes de zonas campesinas y con vocación por el campo entren a la UN. Ciencias Agrarias se ha llenado de estudiantes que se inscriben con la ilusión de trasladarse a la carrera que desean.
El claustro de la Facultad de Ciencias señaló que los laboratorios no tienen presupuestos para su funcionamiento, precisan de nuevos equipos robustos, los actuales son obsoletos. Tampoco tienen recursos para garantizar la seguridad. El profesor que presentó esta síntesis nos proyectó el cuadro del índice Nature que muestra los resultados en investigación en cada país: a mayor inversión más y mejores resultados. Y nos recordó que el presupuesto real en investigación en nuestro país, por efecto de la devaluación, ha disminuido un 50%.
Nuestra representación recordó que la trasformación del imaginario colombiano, desgarrado por el deseo de venganza, por el odio y la propaganda y las heridas de la guerra, precisa de contar y de escuchar en muchas voces y en todos los lenguajes los relatos de lo que hemos vivido en estos cruentos años, para transformar el dolor -pero también el odio y el deseo de venganza- en reconciliación y en fuerza para perseverar en la paz y en la reconstrucción. El Centro de Pensamiento para las Artes, el patrimonio cultural y el acuerdo social ha planteado que allí hay una gran tarea para nuestras Facultades de artes y de Ciencias humanas y médicas. Así nos lo ha revelado igualmente la Cátedra Manuel Ancízar de este semestre: Salud, Arte y Cultura para el Acuerdo social: cómo vamos a trasformar los acuerdos políticos en cambios humanos y sociales.
Señor rector, como se planteó en el Consejo Académico del pasado viernes, en los acuerdos de Paz está la oportunidad para concertar un gran presupuesto con el señor presidente y con el país, con todas las fuerzas vivas, con el empresariado, con los medios, con los gobiernos regionales y locales, con la comunidad internacional.
Es nuestra ilusión -y de seguro que lo ha de ser también de las estudiantes, los decanos y decanas que hablaron en el Consejo Académico- que el señor rector recoja en su documento final de Plan Global de Desarrollo, la sensatez y la riqueza de propuestas de este debate, para que la Universidad Nacional comience a salir de la crisis financiera.
Honrar el trabajo de los claustros y colegiaturas y responder a los desafíos históricos de la paz, será un gran paso para recuperar el ejercicio de nuestra autonomía con responsabilidad. Es la gran oportunidad para resolver esos dos gravísimos problemas que atraviesa hoy nuestra universidad: la desfinanciación y la disolución de la autonomía.
El señor rector presentó su Plan Global de Desarrollo sin dar ninguna claridad sobre la situación financiera actual de la Universidad. Ante nuestra insistencia y las preguntas de varios decanos, afirmó que el déficit actual era de sesenta y cinco mil millones de pesos. Y que aún no sabía si nos pagarían la prima de navidad. Porque no hay plata.
En la propuesta de financiación del Plan del señor rector una de las fuentes de recursos son los préstamos bancarios: ciento siete mil millones, la cuarta parte de lo que estima que valdrá el Plan. Y si la crisis financiera nos acerca al punto de insolvencia al grado de que está en veremos el pago de la prima de este fin de año, ¿cómo puede el señor rector pensar en endeudar más a la universidad? Preguntamos por cuales serían las condiciones de ese préstamo, pero no nos respondió. Si estamos a un paso de ser insolventes ¿con qué lo va a respaldar?
Señor rector, no podemos vivir al fiado. Desaprovechando el momento histórico que nos ha tocado en buena suerte habitar este país.
Las conclusiones del Claustro de Ciencias de la Salud y Medicina presentadas por el profesor Fernando Galván, pedían incluir en el Plan Global y en el Plan de desarrollo de la sede de Bogotá la finalización de la primera etapa del Hospital y el desarrollo de la segunda. También lo solicitó el señor decano de esa Facultad. Mostraron cómo el Hospital sirve al desarrollo académico de otras Facultades y Carreras (por ejemplo: Ingeniería de alimentos y Ciencias agrarias).
Le agradezco que se haya sincerado. Respondió usted que no hay recursos para terminar la primera fase ni para empezar la segunda. Señor rector, el Hospital Universitario es otro gran tema de la paz: el derecho a la salud y a la atención médica de calidad.
También se le preguntó por la defensa del campus del CAN y del Hospital frente a los apetitos del capital financiero por esos terrenos, incluidos en el Plan de Renovación Urbana de Bogotá. Nos dijo que no temiéramos. Que saldría a marchar para defender el campus y el Hospital.
Estimado rector, esa marcha de la que nos habló en el Consejo Académico, habría que empezarla ya, para buscar la financiación que necesita la Universidad Nacional de la paz. Usted puede liderar un movimiento por la financiación de la universidad. El profesorado, el estudiantado, el país entero, lo acompañará. Reescriba su Plan Global de Desarrollo 2016-2018. E incluya las propuestas prioritarias de los claustros y colegiaturas. Y las que resultaron del rico debate del Consejo Académico.
Le propusimos hacer una comisión que recogiera esas propuestas. Pero usted no aceptó ni siquiera votar esa idea práctica.
Dijo que gobernaría con las propuestas con las cuales ganó su rectoría. Y nada diferente le pedimos, señor rector. Sólo aprovechar el momento histórico para hacer realidad sus propuestas, en bien de la Universidad Nacional de Colombia y de nuestro país.
Cordialmente,
Carlos Satizábal
Representante al Consejo Académico (suplente)
Profesor Asociado. Facultad de Artes,