En el último estudio realizado por la Fundación Paz & Reconciliación que dirige León Valencia, el equipo de investigadores presenta cinco variables que les permiten concluir que la guerra de las Farc se acabó en el 2015.
- El período entre julio y noviembre de 2015 ha sido el de menores confrontaciones en los últimos 30 años de existencia de la guerrilla.
- El cese de hostilidades y acciones violentas ha sido una iniciativa de las Farc con el propósito de ambientar el camino de un cese al fuego bilateral,
- La disminución de acciones armadas son una prueba de la cohesión del grupo guerrillero y el mando que tiene la cúpula sobre la tropa que ha cumplido con lo acordado por las Farc en La Habana.
- Las acciones ofensivas de las Farc han tenido como objetivo principal la infraestructura del país.
Los seguimientos que han realizado los investigadores de la Fundación Paz & Reconciliación permite concluir que las Farc están listas para un cese bilateral. Gobierno y Fuerzas Militares conocen de las zonas, 242 municipios, donde operan los 7 bloques y los 69 frentes de esta guerrilla, con lo cual podría empezar el proceso de concentración de guerrilleros de cara a la firma de la paz.
Informe:
Se han cumplido tres años del inicio del proceso de paz y llegó la hora de hacer los balances, no solo de lo avanzado en los putos de la agenda, lo cual es histórico, sino también en términos militares. Varias treguas unilaterales han sido declaradas en estos tres años, igualmente recientemente el gobierno anunció la cesación de bombardeos y las FARC el fin de reclutamientos, el fin del secuestro y la orden de no comprar más equipos militares. Todos ellos gestos unilaterales de ambas partes cuyo fin ha sido la creación de confianza entre el gobierno y las FARC y sobre todo con la sociedad.
Una de las preguntas que ronda a la ciudadanía es que tanto ha mejorado la seguridad y qué tantas vidas ha salvado estos anuncios unilaterales por parte del gobierno y las FARC. Los resultados se enuncian a continuación. Hasta el año 2011, las FARC y las Fuerzas militares se veían inmiscuidos en un promedio de 179 acciones armadas mensuales, entre ellas se contaban campos minados, combates, bombardeos entre otros. Así por ejemplo, el año anterior a que se abrieran las negociaciones, es decir, 2011, se produjeron un total de 2148 acciones en el año, para un promedio de 179 acciones por mes. La siguiente gráfica muestra la evolución anual de acciones armadas entre la Fuerza Pública y las FARC entre 1997 y 2014.
Para el año 2014 se presentaron un total de 1186 acciones, se debe recordar que durante dicho año se produjeron varias treguas unilaterales por parte de las FARC, en total 45 días de tregua. El promedio de acciones armadas fue de 98 por mes. Las treguas, en su mayoría, coincidían con las jornadas electorales. Lo cual a su vez permitió que Colombia viviera los comicios más tranquilos en los últimos 30 años.
A continuación se presenta un balance de las 6 treguas unilaterales declaradas por las FARC, dos de ellas de carácter indefinido y las demás con fechas concretas de inicio y terminación.
De los anteriores cuadros se pueden hacer al menos tres conclusiones. Por un lado, nótese la reducción de la intensidad armada en cada una de las treguas, en promedio de 179 acciones hasta antes de la negociación y se pasó a promedios por debajo de 50 acciones por mes durante las treguas.
La segunda conclusión es que la mayoría de acciones armadas durante estas treguas son por iniciativa de las Fuerzas Militares, es decir, que se derrumba el mito de un cese bilateral por debajo de la mesa. Por último, si bien hubo acciones violatorias por parte de las FARC, estas nunca superaron más de 2 o 3 acciones por mes. Lo que significa que las FARC han cumplido las treguas en promedio en más de un 90%.
Por ejemplo entre el 20 de julio de 2015, día en que comenzó la tregua unilateral indefinida declarada por las FARC hasta el 22 de noviembre de 2015 se dieron un total de 76 acciones armadas de ellas 12 fueron violatorias de la tregua, es decir, de posibles 716 acciones armadas, que sale de multiplicar 179 acciones (promedio hasta antes del inicio de las negociaciones) por 4 meses que han transcurrido desde el inicio de la tregua, se ha pasado a 76 acciones armadas. La siguiente gráfica discrimina dichas acciones por tipo de acción.
El siguiente mapa muestra la ubicación geográfica de las acciones armadas. Nótese como estas se presentaron en 51 municipios.
Un punto interesante de comparación fue lo ocurrido entre el 23 de mayo y el 19 de julio de 2015, fue la confrontación armada que se dio luego de lo sucedido en Buenos Aires Cauca y el posterior bombardeo en Guapi Cauca acción que terminó con la vida de 27 guerrilleros, dos de los cuales habían actuado como negociadores. En ese momento terminó el cese unilateral indefinido que las FARC habían declarado el 20 de diciembre de 2014.
Durante ese periodo se dieron 377 acciones armadas, muchas de ellas saboteos a la infraestructura energética del país. La siguiente gráfica muestra esta intensidad armada discriminada por departamento de ocurrencia y tipo de acción.
Cómo se ve en el siguiente mapa, durante estos días de confrontación armada, las 377 acciones se produjeron en un total de 100 municipios del país, involucrando 19 departamentos.
En total en el año 2015, entre el 1 de enero y el 22 de noviembre, se han realizado un total de 558 acciones armadas que involucran estructuras de las FARC y la Fuerza Pública. De ellas 105 se realizaron en la primera tregua unilateral indefinida que terminó en mayo. Luego 377 acciones entre el 23 de mayo y el 19 de julio, que fue el periodo en el que no hubo tregua y se disparó la confrontación armada y el periodo que va del 20 de julio hasta el 22 de noviembre en el que se dieron 76 acciones armadas. El siguiente cuadro muestra los promedios mensuales para los periodos mencionados previamente.
El 2014 había sido uno de los años más pacíficos de la historia reciente del país, pero el 2015 prácticamente se convierte en el año con menor intensidad armada en los últimos 35 años. Cómo se recuerda, el año 2014 arrancó con una tregua que se había puesto en marcha desde los últimos días de diciembre de 2013 y se prolongó hasta los primeros días del año 2014. Una vez la tregua termina, el 15 de enero, las FARC lanzaron una fuerte ofensiva que llevó a que en solo 15 días se realizaran más de 100 acciones. Igualmente durante el mes de febrero se vivió una actividad militar importante aunque menos intensa que en el año 2013. De hecho, el diario El Tiempo en una editorial manifestó los siguientes sobre los constante atentados de las FARC en el Putumayo. “Nada justifica el martirio que hoy vive Putumayo y, sobre todo, su gente. El departamento del suroccidente colombiano ha experimentado en los últimos días una infame intensificación del asedio de la guerrilla de las Farc, que ya es allí habitual”[1]. La ofensiva continuó hasta la declaración de la nueva tregua unilateral.
Situación similar ocurrió luego de la tregua de la segunda vuelta presidencial, nuevamente las FARC comenzaron a realizar acciones militares. Estas acciones crearon una opinión generalizada sobre una ofensiva de las FARC y un debilitamiento del gobierno nacional. Sin embargo, no fue una ofensiva y tampoco fue un debilitamiento del Estado. Lo que ocurrió es que después de las treguas la actividad de las FARC regresaba a los estándares normales que traían en los meses anteriores. Incluso, estos meses de supuesta ofensiva de las FARC estaban muy por debajo de la actividad guerrillera en los mismos meses del año 2013. La siguiente gráfica muestra la actividad militar de las FARC para el año 2014 discriminada por meses.
Con los datos mencionados anteriormente al menos surgen cinco grandes conclusiones. En primer lugar, y tal vez la más obvia, es que efectivamente el cese unilateral de las FARC si mostró resultados importantes en la reducción de la confrontación armada, es decir, decenas de municipios y zonas rurales del país han visto una mejoría en su situación humanitaria.
La segunda conclusión, es que las acciones armadas violatorias por parte de las FARC se pueden considerar aisladas en la medida que no hay un patrón de actuación y tampoco se constata un sistematicidad en las estructuras armadas que violan la tregua. Es decir, la explicación de estas acciones obedece más a situaciones en terreno y contextos locales, y no tanto a estrategias de saboteo sistemáticas.
En tercer lugar, como lo Fundación paz y reconciliación lo había advertido luego de múltiples investigaciones, el saboteo a la infraestructura energética es la estrategia militar de las FARC desde el año 2008. Será muy difícil que el Estado Colombiano logre poner un soldado cada 10 metros de un oleoducto o en todas y cada una de las torres de energía en las zonas de conflicto. Durante el fin del cese unilateral la infraestructura petrolera sufrió más de 100 ataques.
En cuarto lugar, hasta el momento se comprueba unidad de mando en las FARC; particularmente desde la tregua que comenzó el 20 de julio las estructuras de las FARC han cambiado sustancialmente su operatividad en el terreno y el tema militar lo ha dejado a un lado y se han concentrado en el trabajo político.
Por último, se logra establecer que las FARC aún tienen una capacidad de daño importante, así como de adaptación militar en el terreno. Si bien se podría hablar de una derrota estrategia de las FARC en la medida que el objetivo de la toma del poder es inviable, aún falta mucho para una derrota militar.
[1] http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13428072
