A dos kilómetros del Estado Islámico, Helly Luv, la ‘Shakira kurda’, llegó con su equipo, en julio pasado, a grabar el videoclip Revolution. Vive en Los Ángeles desde hace diez años pero quiso desafiar el poder yihadista instalado en la frontera de Irak con su voz y la sensualidad de su cadera. El estruendo de su músico se confundía con las ráfagas de metralleta y los misiles que enviaba ISIS, y por eso el rodaje tardó más de lo esperado. Helly Luv aparece en el video junto a sus coterráneos, los peshmergas, guerrilleros kurdos que llevan dos años luchando confrontando la expansión de ISIS y toda la utilería alude al material bélico que ya forma parte del paisaje iraquí.
Cuando Helan Abdullah, verdadero nombre de la cantante pop, tenía dos años, en 1990, su familia tuvo que huir a Finlandia acosada por el embate de las tropas iraquíes. Su madre, una guerrillera consumada a la que no le tembló la mano a la hora de enfrentarse a los ejércitos de Husseim, no encontró otro camino que el exilio. En el país escandinavo tuvo que soportar la discriminación racial y la incomodidad propia del que no está en su tierra. Allí estuvo hasta los 18 años cuando ya, convencida de su talento, emprende un viaje a Los Ángeles. El primer año fue muy duro. Como tantos otros inmigrantes trabajó lavando platos y viendo, de reojo en un televisor viejo, las largas filas de kurdos que buscaban en vano un territorio. En sus horas libres se presentaba en las disqueras de la ciudad pero todas le cerraron las puertas. Empezaba a perder la fe cuando encontró un mensaje en su cuenta de Myspace. Era el productor Los Da Mystro, responsable de las carreras de Rihanna y Beyoncé. Le pidió a Helan que lo llamase a Nueva York. Incrédula marcó el número que le dejó en su cuenta. El saludo del productor fue que le cantase una canción. Sin dudarlo Helan le cantó 'I have nothing' de Whitney Houston. Los da Mystro quedó tan impactado ante la voz de la kurda que sin dudarlo le dijo que empacara maleta a Nueva York, que su compañía le mandaba los pasajes.
Desde entonces se llama Helly Luv, ha vendido más de un millón de discos y a, pesar de que tiene en sus largas y rojas uñas el logo de Chanell, no ha olvidado su origen. Como no puede empuñar un arma contra las fuerzas que quieren acabar con su pueblo como lo hicieron su abuelo, su padre y su madre, Helly ha decidido, a mediados de este año, volver a Kurdistán, su tierra, a darle cara a sus poderosos enemigos de ISIS y desafiarlos, no a punta de bala sino de canciones.