Nada más difícil, como lo anotaba un guasón, que hacer predicciones —en especial si esas predicciones son sobre eventos futuros—. Este columnista asume el riesgo de quedar como un papanatas, pero de todas formas se arriesga a predecir tres eventos que muy seguramente van a ocurrir en, o antes del 2016, del 2021, y del 2026.
En el 2016: Estados Unidos va a elegir a Hillary Clinton como la sucesora de Barak Obama en la presidencia. Hillary tiene dos puntos en su favor que la hacen, de lejos, la apuesta favorita para llegar a ser la presidente número 45 del país del norte. En primer lugar, Hillary es una mujer en extremo competente. Sin tener la simpatía y arrollador charm de su marido Bill, de todas formas es una encantadora de serpientes que atrae a sus electores con su manifiesta cancha. Hillary, que como todo ser humano comete errores, ha logrado desinflar dos de los principales cargos en su contra: el uso de su correo personal para asuntos de estado mientras se desempeñaba como ministra de Relaciones Exteriores de EE.UU. ; y su desempeño en Libia cuando ordenó una serie de acciones de dudosa eficacia. Aquellos senadores y representantes que trataron durante ocho horas de humillarla y destruirla por lo ocurrido en Libia, terminaron descorazonados y con los crespos hechos. Hillary se defendió como una verdadera tigresa y respondió todas y cada una de las acusaciones.
El segundo factor que acompaña a Hillary es que tiene más experiencia y es intelectualmente superior a prácticamente todos sus contrincantes, ya sea en el Partido Demócrata o en el Republicano. A casi todos ellos —sin mayor esfuerzo— los envuelve; y a los más beligerantes, como Donald Trump y Bernie Sanders, dos gallitos de pelea, en el primer debate los desinflará como un globo. Hillary, realísticamente, no es solo la candidata más calificada, sino que tiene a su favor que buena parte de sus contendores son, en el mejor de los casos, mediocres.
En el 2021: Apple, la compañía más poderosa del planeta, va a imponer su carro en el mercado mundial. Sin duda va a ser un vehículo revolucionario, incorporando todas las tecnologías disponibles a la fecha, incluyendo a aquellas que hoy pueden estar en fase de experimentación. Lo más seguro es que el carro de Apple va a ser totalmente eléctrico, con autonomías que posiblemente sobrepasen los 750 kilómetros por carga. Es decir, prácticamente se podrá ir de Bogotá a Cali y regresar con una sola carga, a un costo del combustible de 30.000 pesos. Muy posiblemente será un carro costoso de adquirir, pero enormemente eficiente al lograr por lo menos 250 kilómetros por galón de gasolina equivalente en precio. El carro de Apple muy probablemente va a tener motores individuales en cada rueda, no va a tener ni caja, ni trasmisión, ni dirección convencional; y su conducción será por medio de impulsos eléctricos enviados a través de una sola palanca, como los aviones Airbus.
Lo más seguro es que el carro de Apple
va a ser totalmente eléctrico,
con autonomía superior a los 750 kilómetros por carga
Aquellos que pongan en duda la capacidad de Apple de sacar su propio vehículo, se les recuerda que esta empresa tiene en caja la no despreciable suma de 225.000 millones de dólares. Con el efectivo que tiene podría comprar prácticamente todas las compañías automotrices del mundo, incluyendo Toyota, Ford, General Motors y Volkswagen. Para Apple el imponer su carro no es cuestión de plata, sino de neuronas y de imaginación.
En el 2021: Ese será el año de inflexión de los combustibles fósiles, principalmente el petróleo. La edad del petróleo y muy seguramente del carbón habrá llegado a su fin. Prácticamente ningún fabricante de automóviles o camiones en el mundo va a estar produciendo vehículos con motores de combustión interna o diesel. La totalidad de los carros y de los camiones van a ser eléctricos con algunos modelos híbridos.
La principal pregunta, como es obvio, es ¿cómo se va a generar la electricidad? Considero que el gas va a seguir desempeñando un papel importante. Los biocombustibles habrán avanzado de manera significativa y muy posiblemente la energía eólica habrá bajado de precio. Pero creo que los mayores avances se van a dar en la energía solar. La producción de electricidad partiendo del sol muy seguramente va a ser la principal fuente energética del mundo en el 2026. El petróleo va a correr la misma suerte del aceite de ballena: será totalmente irrelevante.