Mientras los negociadores de las Farc y en especial Iván Márquez están empeñados en escuchar voces distintas a las de los negociadores designados por el Gobierno, el comisionado de paz Sergio Jaramillo, no. Por distintas vías las Farc han invitado académicos, dirigentes empresariales, líderes sociales y políticos a conversar a La Habana, sin embargo la posición del Alto Comisionado es que todo debe pasar por el cedazo de su oficina. Las autorizaciones son muy limitadas. Para Jaramillo los voceros siguen formando parte de un grupo ilegal, aunque se hayan detenido las órdenes de captura, razón por la cual los encuentros deben tener el visto bueno oficial. Representantes de organismos internacionales con sede en Colombia y de Organizaciones No gubernamentales no han podido viajar, a la espera de los permisos. Estas restricciones han hecho que un lugar conocido coloquialmente como "el rancho" se haya convertido en sede alterna de los diálogos, estos claro, con carácter informal.
