La única encuestadora que no quiso ‘reconocer’ la posibilidad real de triunfo de Enrique Peñalosa (cuando todas las demás avizoraban su triunfo), estableciendo dudas (empates técnicos inexplicables) y que le apuntaba más a Pardo fue Cifras y Conceptos. Es entendible por la gran amistad y cercanía de César Caballero con su ‘exjefe’ Pardo. Pero todo ello no le da licencia para poner a jugar una duda como para tratar de llevarle votantes a Rafael Pardo. O al menos es muy sospechoso. Además, Caballero trataba de explicar (y usar) una metodología mucho más rebuscada, como para confundir más a la opinión (y a los medios) y salirse por la tangente.
Hoy es claro que difícilmente se podría confiar en encuestadoras de este tipo, que podrían tener cierta inclinación o intereses ocultos. Ya Clara López también casi que les endilgó la culpa de su derrota, lo cual tampoco es el caso. Lo que sí es claro es que Cifras y Conceptos nunca vaticinó un triunfo cierto de Peñalosa como de forma evidente y matemática ocurrió. En realidad jamás hubo empate técnico en las probabilidades, lo cual hoy se prueba, ya que la tendencia estaba marcada e inclinada en favor de EP. Hay que reconocer, eso sí, que la investigadora de opinión que acertó fue Gallup, que siempre vaticinó el triunfo de EP. Su última encuesta presenta datos casi calcados de la realidad de hoy, salvo una pequeña desviación con Clara López con quien se les fue la mano un poco.
Los pronósticos de Cifras y Conceptos son lamentables, lo cual hoy la pone en entredicho no solo por lo de Bogotá, también la pifiada tan grande en Cali y Medellín (no ganó ni Ortiz en Cali, ni Vélez en Medellín). No le pegaron a la nuez generando desorientación y confusión. Seguramente tendrá que cambiar de metodología y de forma de comunicación, para próximas elecciones. De lo contrario, entrará en un riesgo de desprestigio y pérdida de confianza.
Cifras y Conceptos (en entredicho) tiene hoy una buena lección servida, especialmente por dudar de una posibilidad de triunfo de EP y mantener la caña de que Pardo podría ganar. De nada sirvió esa ayudita que tal vez quisieron darle. Entendible por sus conveniencias, lamentable por su prestigio y la opinión pública, que ya poco va a creer en encuestas. Puede haber un importante riesgo de manipulación y el papel de las encuestadoras deberá revisarse, y si es el caso meterlas en cintura.