Movimiento Ríos Vivos saluda y se une al Paro Agrario Nacional
Protestar es un derecho pero también una necesidad inaplazable frente a las políticas y planes gubernamentales que vienen despojando a campesinos, barequeros, pescadores artesanales e indígenas de sus territorios y formas de vida tradicionales, además, vulneran la soberanía y autonomía nacional.
No olvidemos que las principales vocaciones del pueblo colombiano están vinculadas a la agricultura, y los ríos, y en general a la tierra y las aguas, las cuales se ven amenazadas por la imposición de proyectos hidroeléctricos y mineros, por un lado, porque los suelos y las aguas de las regiones se contaminan y se destruye el ciclo hidrológico, y por otro lado, porque los proyectos al requerir grandes extensiones de tierra , el gobierno nacional ha venido desarrollando una estructura legal para despojar a los pueblos ancestrales y tradicionales de sus tierras y territorios.
De este modo, se hace necesario que la sociedad colombiana escuche las justas demandas de las poblaciones excluidas y desplazadas, y comprenda la dimensión de sus luchas, que no les implica solo a ellos sino a todo el país. El fondo de este paro agrario y popular tiene que ver con una disputa de visiones de desarrollo muy diferentes, es una lucha por la vida, los territorios y la dignidad, es una lucha contra un modelo de desarrollo que está poniendo en riesgo las actuales y las futuras generaciones.
Por todo lo anterior, el Movimiento Ríos Vivos hace un llamado a la comunidad nacional a movilizarse este 19 de agosto por la defensa de nuestros territorios, por la defensa de nuestras formas de vida, y proyectos de vida y por la preservación de los bienes comunes. Nos sumamos a la convocatoria que han adelantado diversos sectores sociales en todo el país, al tiempo que, instamos para que en las mesas de diálogo y concertación regionales y nacionales se incluyan los siguientes puntos o debates:
- Garantías de protección y preservación de zonas de producción alimentaria
- Detener la imposición de proyectos hidroeléctricos y mineroenerǵeticos, para ello proponemos se respeten y se adelanten consultas populares en los territorios donde se desarrollan ese tipo de proyectos sin importar si son de capital nacional o extranjero.
- Se garantice según lo dictamina la legislación nacional la naturaleza inalienable, imprescriptible e inembargable de los ríos, lagunas, humedales y en general, todas las fuentes hídricas.
- Proteger y estimular los acueductos comunitarios, garantizando su autonomía y autogestión.
- Exigir la restitución de las actividades productivas de todas las comunidades afectadas por los megaproyectos en Colombia, y la indemnización económica donde haya lugar.
- Subsidiar la producción nacional afectada por los TLC y garantizar que no se restrinja la circulación y uso de semillas nativas y ancestrales.
- Que la educación se enfoque en defender la identidad campesina, en reforzar las economías tradicionales, antes que en formar profesionales que desconocen la realidad de las regiones y del país, para estar al servicio de las multinacionales.
- Que se instale una comisión de la verdad sobre las violaciones a derechos humanos ocasionadas por la realización de proyectos mineroenergéticos en el País
- Iniciar debates regionales y nacionales hacia la transformación de la actual política mineroenergética con la participación de todos los actores involucrados.
¡Afectados somos todos, si a la vida, no a la imposición de proyectos mineroenergéticos!
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