En las elecciones pasadas a la Alcaldía de Cartagena construimos un candidato, que llamamos Frankenstein, hecho de retazos de Socorro Ramírez, Campo Elías, Roxana Segovia, Carlos Díaz entre otros, candidatos del momento.
Al comenzar a hacer la versión 2015, una imagen de la cocina local nos ha dado un giro criollo al personaje. Una experta cocinera en la zona de comidas del mercado de Bazurto, prepara una carne desmechada, al tiempo que dice que para que salga un buen candidato hay que ‘esmechalos’ a todos y coger de cada uno lo mejor. Remata con una frase decepcionante: “Aquí si ‘esmechan’ a todos los candidatos no sale ni una hilacha buena”.
Imaginé que allí podría estar el origen de la expresión “no vales tres hilachas o tiras… de cuero o de otro material, tela o fique. Los ejemplos sobran.
La cocinera, por supuesto, exagera. Sí hay hilachas de dónde escoger con las que se puede armar un candidato modelo, respetable, que pueda motivar a los electores a depositar el voto. La empresa es difícil, exige conocimiento: preparar La hilacha Cartagena. Las otras ciudades podrían usar el formato, como cualquier reality televisivo.
Si comenzamos por escoger la dentadura, al instante reconocemos que de dientes estamos muy bien. Sobre todo de molares, necesarios para dar muela una vez se lidere la administración local.
Hay dientes blanqueados, diseñados, como de comercial de Marlon Becerra. Los modelos que dan el casting son Quinto Guerra (se ríe de su seriedad), Andrés Betancourt (es odontólogo, muelas bien cuidadas) y Manolo Duque (Va porque va, con dientes y todo). Sin embargo, una rápida revisión a las nuevas tendencias de diseño de sonrisa, vemos que todos están demodé.
Las estéticas emergentes, novedosas, hacen que la candidata Gina Benedetti entre fuerte a competir. Se ha puesto de moda, efecto tv, la coqueta separación de incisivos de Celia Cruz. Es la ganadora.
Álvaro Uribe en la foto de apoyo a Gina no se ríe. Bien pensado, porque si no, tanto diente que tiene Uribe la opacaría.
Las fotos de los apoyos de Uribe merecen un análisis aparte. Por ejemplo, en la valla que aparece con el Mello Otoya y el almirante Arango Bacci, más que un cartel de respaldo uribista, parece una excelente campaña para la promoción del día del orgullo gay. Gente de Caribe Afirmativo, ahí hay una magnífica oportunidad. Vale la pena ensayar unas frases originales sobre el aviso.
Sabemos que Gina no ganará, porque está más interesada en: “Lo que es con Uribe es conmigo”.
El aporte más novedoso al candidato modelo es la pala. Es para remover los símbolos de corrupción de la ciudad. Como por ejemplo, las 18 estaciones de Transcaribe construidas en 10 años, o el Comando Parque de Policía de la Comida Caribeña, los otros símbolos están o ya fueron recuperados, el Parque Espíritu del Manglar, es el mejor ejemplo.
Algunos recomiendan que todo candidato modelo lleve una tula. Sospecho que se trata de la tula para recoger los votos. Los aficionados al softbol dicen que la mejor tula la debe tener Quinto, el equipo de softbol con el mismo apellido del candidato, eso lo sabe la gente del mundo de la pelota suave, todo equipo que se respete tiene su buena tula.
Dicen que el triunfo será para el que tenga la mejor tula, accesorio que seguro se pondrá de moda cuando pasen las elecciones.
La lengua del candidato modelo será la de Manolo, habla con soltura y expresa lo que siente. Un Campo Elías chaparro. El genio del candidato será el de Rosario Romero. Es reactivo tipo A, el que necesitamos para tanta inmovilidad ciudadana. Rosario, dicen los que la conocen, que es capaz de animar un velorio o desbaratar un baile de champeta, lo mejor de todo es que no pregunta cuál es la diferencia.
Como se ve, aquella experta en cocina criolla se equivoca. Es asunto es de escudriñar, de ver con calma, analizar con detenimiento cada hilacha que queda luego de ‘esmechar’ y ‘esmechar’ un candidato modelo que sea heroico, fantástico… lo máximo.