En el año 2009 la Directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Elvira Forero, basada en el estudio, Encuesta nacional de situación nutricional en Colombia 2005, anuncio en rueda de prensa un cruel y valiente dato: “5000 niños mueren al año por desnutrición en Colombia”. Los medios de comunicación más influyentes del país corearon la dura noticia sin ningún cuestionamiento. Ningún periodista se preguntó ¿Por qué, si la información se basa en estudios del 2005, solo hasta el 2009 se dio a conocer? ¿Por qué en dicho estudio que contiene casi 500 páginas no se comenta esta realidad? O ¿Qué proyectos se implementarían, desde el gobierno, para abordar la mortalidad infantil? Lo que esto denota es la falta de responsabilidad de dos actores; por un lado, algunos medios de comunicación (que ante ciertos temas sensibles) creen que el periodismo es “repetir y repetir” lo que dice un personaje, sin indagar, investigar, profundizar o cuestionar lo señalado; y por otro lado, La lógica del funcionario de gobierno que oculta información, por cuestiones de estrategia electorera y política. Pero esta desinformación en algunos casos, por parte de estos dos actores, no es el tema principal.
Lo importante es resaltar la importancia del valeroso anuncio. ¿En qué reside lo plausible de este hecho? En que la funcionaria del Gobierno de aquel momento dio a conocer a la opinión pública un dato que se mantuvo secreto por cuatro años y que nunca se público en dicho informe: “5000 niños mueren al año por desnutrición en Colombia”. Como funcionaria del Gobierno, Elvira Forero, fue imprudente, pero esta imprudencia debería ser premiada. Su superior, el presidente de la República, debió haber pensado o dicho: “Metió la pata” porque “esas cosas no se dicen”, “afectan la imagen del gobierno”. ¡La prueba! Ningún funcionario del Gobierno, ni directordel ICBF ni ministro de salud desde entonces ha actualizado esta cifra. ¿Y para qué saberla? Para pellizcarnos, exigirnos y evaluarnos en relación con la efectividad de las acciones que se están tomando para combatir este asunto inaplazable. Para toma conciencia que hay hermanos colombianos en regiones olvidadas, como La Guajira y el Chocó, que no tienen acceso a servicios básicos, como el agua potable; y que la cifra de hambre y desnutrición en algunas comunidades indígenas son comparables con las peores regiones de África, y que un país con tanta riqueza no se puede permitir esto. Colombia necesita más imprudentes, que mediante un acto de valentía de a conocer la realidad que se quiere disfrazar.
