Señor presidente, sí, la salud en Sucre colapsó hace mucho tiempo, y la mano del Estado no se ve ¿Será que para usted y sus ministros, Sucre solo existe en elecciones? Lo que se está viviendo en Sincelejo y el departamento en materia de salud durante las últimas décadas es solo la punta de un iceberg que ya desbordó en desastre para la región. El colapso ya no tiene reversa y lo que es peor, no solo abarcará a la red pública, sino que la privada también se ha visto afectada por las millonarias carteras que tienen por cobrarle a las EPS.
Señor presidente, en Sucre, la gente se está muriendo en las puertas de los hospitales y clínicas, no hay quien los atienda; a los médicos no les pagan, y les toca renunciar y emigrar a otros departamentos e inclusive a otros países. No hay drogas ni citas médicos ni atención de ningún tipo. Los mandatarios departamentales y municipales se hacen lo de la vista gorda, y por supuesto que las razones son múltiples: a los hospitales y entes de salud pública lo han acabado los políticos corruptos, y el gobierno, nos da la impresión, parece estar anestesiado y no ha esgrimido sus facultades para una rápida intervención al sistema de salud en el departamento de Sucre.
Llevamos años y años y no vemos políticas serias, confiables y oportunas para los usuarios, y lo peor de todo es que no hay responsables del robo y saqueo de la salud. Para estos delitos, que deberían ser catalogados de lesa humanidad, nadie es responsable: ni el Estado ni los funcionarios corruptos. La salud en Sucre colapsó en su totalidad. Juan Gossaín lo describió tajantemente: “Hay que decirlo sin anestesia: el sistema colombiano de salud ha muerto. Lo mataron la corrupción, la politiquería y la codicia.”
En Sucre vemos cómo han proliferado las EPS. Se están presentando inmensas construcciones, pero no hay dinero para pagarle a los médicos, como tampoco para los suministros de drogas. El Estado, como en La Patria Boba, patrocina con su indiferencia los procesos corruptos de las tutelas y la negación de drogas y servicios que termina obligando al FOSYGA a asumir compromisos que son de esas EPS.
En nuestra red hospitalaria los estoicos pacientes deben compartir camillas. Otros que no son atendidos se tienen que retirar, ya que no hay personal suficiente. Los mismos pacientes tiene que traer desde las jeringas hasta las gasas para que el personal médico pueda atenderlos; los trabajadores no pueden denunciar, y si un médico, enfermero o funcionario intenta denunciar estas irregularidades, son despedidos sin misericordia de sus trabajos.
Estamos en pleno apogeo del fenómeno del niño, y Sucre, por su clima, está expuesto al regreso del virus del chikungunya. Veremos las salas de urgencias de las clínicas y hospitales en colapso total. En años anteriores se reportaron más de 20 mil casos, sin contar los que no se registran porque muchas personas no acuden al médico y los sitios predilectos para su proliferación son Sincelejo, Corozal, San Antonio de Palmito, Colosó, Tolú y la región del San Jorge y la Mojana, precisamente donde la corrupción y el nepotismo hacen feria sin control alguno.
Señor presidente, por favor, le suplicamos que le ordene al ministro Alejandro Gaviria y al superintendente de salud, Norman Julio Muñoz, que no se sigan haciendo los de la vista gorda con la crisis hospitalaria que vive el departamento de Sucre; que vengan y hablen con el gobernador, Julio Guerra Tulena, para ver si verdaderamente está en facultad de seguir afrontando los males que nos aquejan, que visite los municipios y denuncie a los trasgresores alcaldes y gerentes. Que por los menos se asusten con sus visitas.
