Seguramente muchas cosas asustan al Presidente Santos, pero dos de ellas y que le generan verdadero pánico, es ver la gente en las calles y carreteras ejerciendo el derecho de la protesta y las encuestas.
Para no remontarnos a otros años basta con recordar el llamado paro cafetero del mes de marzo. Se inicio descalificando a los representantes de los campesinos caficultores y asegurándole al país que si ha alguien había ayudado este gobierno era a los cafeteros. ”Yo soy producto de los cafeteros”, afirmo el presidente y los cafeteros le respondieron “si, nosotros pagamos su especialización en Londres”. Crece la audiencia en las carreteras y Santos comienza a despachar el rosario de ministros y negociadores que apenas llegan a los puntos de concentración de campesinos, regresan presurosos a sus despachos a llamar a los medios amigos para llenarlos de declaraciones descalificando la protesta y los justos reclamos. Pasan los días, crece la protesta y con ella la desesperación de Santos. Buscan un chivo expiatorio que resulto ser el senador Robledo y finalmente se firma un acuerdo reconociendo que los puntos solicitados por los cafeteros eran justos.
Regresan a sus campos los caficultores con la ilusión de que se cumpla lo pactado y envían las ollas para preparar los alimentos a pie de carretera, a sus congéneres del Catatumbo. No para la presión en palacio. Amenazas vienen y van, la policía envía sus efectivos y nuevamente el rosario de ministros, viceministros y negociadores que lo único que logran es sepultar definitivamente a Lucho Garzón como ministro consejero de lo social y otro torrente de declaraciones que involucran a los campesinos con las farc y con los narcos. Hasta Angelino fue a buscar un poco de pantalla con la frase “vengo a pedirles un cariñito con el presidente”. El cariñito se lo dieron a él en un pasaje de regreso inmediato a Bogotá. Y crece la presión y la desesperación de Santos
Y finalmente llega el tan esperado ecuanil : las tan deseadas pero temidas encuestas. Acababan de presentar su –informe de actividades- los ministros y altos funcionarios con los resultados precedidos de los calificativos que le gustan al presidente Santos: “Hemos generado mas trabajo que ningún otro gobierno en la historia del país, tenemos menos pobres que nunca, la inversión en infraestructura y desarrollo no acepta comparación con época alguna…….”. Pero las encuestas dicen lo contrario a despecho de los dos billones de pesos que se han gastado en publicidad y medios en estos tres años. Perdió en economía, en salud, en justicia, en minería, en infraestructura, en exportaciones, en apoyo a la empresa privada, en apoyo a la industria, en el sector agrícola y aprobó en relaciones internacionales, educación y libertad de expresión. Como dicen en los colegios perdió hasta el examen de conciencia y las cifras para su reelección y la paz no lo favorecen en lo más mínimo.
Pánico completo en la Casa de Nariño y como cualquier PADRAZO que es Santos, a buscar el regalo de afán que calme las aguas y permita retornar a las cifras positivas en cuestión de imagen y en posibilidad de presentar, en el mes de noviembre, la tan esperada reelección.
Como en la pasada encuesta el resultado fue igualmente malo, utilizo el regalo de las cien mil casas gratuitas, logrando con la aplanadora publicitaria copar los medios de comunicación afectos y beneficiados, dando una tregua al análisis de sus números desfavorables. Hoy, saca del cubilete cien mil becas o cupos para tecnólogos del Sena, buscando afanosamente impedir que nos ocupemos de la realidad del país. Nuevamente el temperamento de padrazo de Santos se hace presente tratando de tapar la reacción legítima de los ciudadanos con “regalos” que duran lo que un bizcocho en la puerta de una escuela. La política del padrazo no es buena en la familia y menos en el gobierno.
