Escribo lo siguiente como respuesta a la columna '¿Y dónde está el derecho de los hombres al aborto?' que pretende decir que no se les deja a los hombres decidir sobre su paternidad. En esa columna se toma dos ejemplos para generalizar las paternidades en todo el país. Las paternidades son tan diversas como las personas que habitan este territorio. Tendría yo que explicar como en primaria que para concebir a un ser vivo se necesita de un óvulo, un vientre sano y un espermatozoide; eso conlleva que la decisión de tener un hijo es de dos personas de géneros distintos.
Históricamente el hombre ha sido dueño de las decisiones y del cuerpo de la mujer. Solo se tendría que ver la fecha en donde las mujeres ingresaron a la universidad o pudieron tomar un libro por su cuenta sin que se persiguieran; basta con ver las tasas grandes de feminicidios y el machismo impune en que se vive. Hay que recordar que este es un país de madres solteras, según el informe del mapa mundial de la familia del 2014, el 84 % de los bebés que nacen en Colombia son de madres solteras.
¿Dónde está el Estado ahí? ¿Dónde están las paternidades responsables? ¿Dónde están los deberes del hombre hacía la paternidad? Bien merecido el espacio de las mujeres ganado con sangre, sudor y lágrimas en este país. No se puede desmeritar todo las luchas que se han ganado. Como hombre tratando de alejar el patriarcado y la condición de macho de mis relaciones sociales me ofende que digan que me están quitando espacio social o público a sabiendas de que en la historia siempre lo masculino ha privilegiado por encima de lo femenino. La decisión de abortar o de parir es exclusiva de las madres, las mujeres son las que deciden sobre sus propios cuerpos.
Los padres deberían preocuparse por las actitudes machistas de sus hijas e hijos y dejarles una sociedad libre de violencia de género. El espacio de las paternidades no puede delegarse al dinero, debe ser un compromiso de todos los días, y no de fines de semana o cuando se divorcien. Necesitamos en esta sociedad en guerra hombres dispuestos a eliminar de sus vidas cotidianas esas violencias infringidas a ambos géneros. El conflicto armado y la sociedad en donde vivimos es de machos. El machismo es el caldo para la guerra que hoy vemos preparar.