Esta semana el presidente Juan Manuel Santos participó en la Cumbre Mundial Anticorrupción organizada en Reino Unido, país que fue el pionero en constituir paraísos fiscales para que los más poderosos puedan esconder su dinero y así no pagar impuestos. En Colombia se dejan de recaudar $18 billones en impuestos al año porque se refugian en estos territorios, sin que el Gobierno actúe (CORRUPCIÓN 1). Desde ese mismo escenario, el presidente colombiano anunció una nueva reforma tributaria que, según conocemos, aumentará el IVA, los impuestos a los trabajadores y pensionados, y dejará intactos los beneficios tributarios al gran capital, los cuales cuestan $11 billones al año (CORRUPCIÓN 2).
Santos estuvo en Londres a pesar de Reficar, proyecto que el expresidente Uribe y él lideraron, por el cual los colombianos pagamos unos $12 billones en sobrecostos a una empresa estadounidense (CORRUPCIÓN 3), CB&I, y sobre el cual debemos un crédito al gobierno de ese país por $6,6 billones (CORRUPCIÓN 4).
Por el TLC con Estados Unidos entre 2002 y 2015
Colombia ha perdido $29,6 billones en comercio,
3,5 veces Reficar, y lo peor está por llegar
Esta semana se cumple el cuarto aniversario de otro negocio realizado por Uribe y Santos: el TLC con Estados Unidos. Según los cálculos realizados por Cedetrabajo, entre 2002 y 2015 Colombia ha perdido $29,6 billones en comercio (CORRUPCIÓN 5), 3,5 veces Reficar, y lo peor está por llegar. Este año inició el segundo periodo de desgravación arancelaria, que incluye carne, leche, hortalizas, grasas, aceites, azúcares, cacao, plásticos, papel, autopartes, entre otros, amenazando aproximadamente 150.000 empleos permanentes en estas actividades (CORRUPCIÓN 6).
Por cuenta del TLC, otra empresa estadounidense, Tobie Mining, demandó al Estado colombiano por unos $50 billones (CORRUPCIÓN 7), porque no pudieron hacer minería en un parque natural en la Amazonía.
No son suficientes 400 palabras del espacio que me brinda Las 2 Orillas para hablar de otros actos de corrupción que pagamos los colombianos; pero solo en estos 7 mencionados está aproximadamente la mitad del presupuesto del país en un año, suficientes recursos para resolver la financiación pública de la salud, la educación, construir infraestructura sin vender a Isagén o desmembrar a Ecopetrol, además de financiar los compromisos de los acuerdos de paz.
Pero ese dinero no estará disponible mientras Santos y sus similares sigan liderando cumbres anticorrupción, los medios sigan desviando la atención sobre los asuntos importantes y los colombianos permitamos más reformas tributarias propuestas por comisiones de expertos, cuyos miembros aparecen en los papeles de Panamá. Esa es la verdadera corrupción.
@mariovalencia01
