Los hípster pusieron de moda a finales de la década pasada el oficio de rescatar perritos abandonados. Sin embargo nada contiene los números. En una localidad como Fontibón, por ejemplo, entre perros y gatos abandonados hay cerca de 115. 992. En el norte de la ciudad o en Chapinero, donde existe otro tipo de consciencia, el número de animales abandonados no es tan alto. En cambio en Kennedy, Ciudad Bolívar, Engativá y Suba el número está desbordado. Además están Usme, Usaquén y Mártires
Es que hay que tener plata, o al menos un trabajo estable y bien remunerado para encargarse del destino de un perro. Es que nada más pedirle a una persona que saque al perro a un paseo diario durante 20 días hábiles cuesta 150 mil pesos mensuales. Una consulta al veterinario 30 mil pesos y una esterilización vale 250 mil pesos.
Los caballos son en menor proporción son animales que están abandonados en potreros en zonas limítrofes de Cundinamarca. Unos están heridos otros desnutridos. El Instituto de Protección Animal, dependiendo del estado del animal puede durar algún tiempo. Después de 30 días de estar en Instituto entran en el programa de adopción. Al Instituto llegan hasta Llamas con patas quebradas. Eso sí, los animales que más abandonan son gatos y perros. Pero además de la falta de plata existe una evidente falta de consciencia y de humanidad. Los tiran a la calle y ni hablar de los que sumergen en un río hasta ahogarlos. El trato no puede ser más indigno. Además está la normalización de la violencia contra estos seres desprotegidos. La aparente preocupación de las nuevas generaciones es sólo un síntoma que no se comprueba en la realidad viendo estos datos.
Hablamos con Oscar Jiménez subdirector de fauna del instituto de protección animal del distrito y nos contó sobre uno de los problemas más serios que tiene la ciudad de abandono.