Luego de la incansable actividad de ciudadanos, artistas, productores de contenido y cadenas públicas de televisión, y con la ayuda del senador Jorge Robledo, a medio día supimos que se hundió —por malo— el proyecto de ley de convergencia que pretendía dar un golpe mortal a la televisión pública y todo lo que la rodea.
El Gobierno de Santos no resistió la presión ciudadana y al final tuvo que retirar el proyecto con una carta de la ministra de Tecnologías de la Información y Comunicaciones.
La movilización ciudadana sí sirve. El proyecto de ley que amenazaba la existencia de la televisión pública se hundió por malo y por tramitarse de espaldas a la ciudadanía y al sector audiovisual. #LaTVPublicaSeDefiende pic.twitter.com/3xSjZz0K83
— Jorge Robledo (@JERobledo) June 5, 2018
¿Qué tenía de malo esta ley?
1) Era una orden de la OCDE —que al parecer regirá las políticas de Colombia en todos los temas— que Santos pretendía aprobar en contra del interés del país.
2) Contenía una reducción gradual de aportes de operadores de TV por cable (y para iniciar de tajo con -60%). Menos plata para los excelentes canales públicos como Señal Colombia, los canales regionales y para todo el sector de producción de contenidos y las industrias culturales.
3) La TV pública significa contenidos educativos y multiculturales que promueven identidad nacional y regional. Con la ley estaban en riesgo nuestros derechos colectivos de acceso a la cultura, educación, formación de públicos, y la producción local y nacional.
4) Aumentaba en 30 años las licencias de espectro radioeléctrico, consolidando los ya poderosos monopolios que dominan el sector y aumentando los riesgos de censura y politización de la TV pública por parte del gobierno de turno.
5) El proyecto no decía nada de los aportes de nuevos jugadores como Netflix, ni de la neutralidad de la red, aspecto fundamental cuando se habla de convergencia tecnológica y contenidos.
#ConsultaAnticorrupción
Las dilaciones y aplazamientos para darle trámite a esta iniciativa ciudadana fueron múltiples y colmaron la copa hacia las 5 de la tarde. El presidente del Senado decidió homenajear al Senador Gerlein —ese que recordamos por llevar medio siglo durmiéndose en las sesiones del Senado— con un discurso más propio de una escuela primaria que del Congreso.
Teniendo en cuenta deseos de los colombianos, todo esto parecía una burla, pero ya caída noche por fin se dio paso a la votación del aval y ocurrió lo improbable: El Centro Democrático cumplió la palabra que en su representación el candidato Iván Duque y la polémica Senadora Paloma Valencia habían comprometido, y empezando por su jefe Álvaro Uribe la bancada dio su apoyo a la consulta. Este se sumó al apoyo de la mayoría de las bancadas y al del Gobierno Nacional.
A pesar de los intentos de usar la consulta en su campaña por parte de los simpatizantes de Petro y Duque, la abstención de algunos Senadores que señalaban problemas jurídicos en la consulta y los ataques descarados a las promotoras Claudia López y Angélica Lozano, la iniciativa apoyada por alrededor de 4 millones de ciudadanos con su firma y por la Coalición Colombia obtuvo su aval por unanimidad. La lucha contra la corrupción demostró que puede unir a los colombianos.
¡Senado aprueba por unanimidad de los presentes el aval de la #ConsultaAnticorrupción!@ClaudiaLopez agradece a todos los colombianos gracias a los que fue posible sacar adelante esta iniciativa y recuerda que la misma cumple todos los requisitos legales, ¡ganó la democracia! pic.twitter.com/XF6sGNxKnP
— El Chapín (@ElChapinPrensa) June 6, 2018
Los lectores deben tener en cuenta que por Constitución (y por el bien de la democracia) la votación de la consulta no se podrá votar junto a la segunda vuelta presidencial. La votación de la Consulta Anticorrupción ocurrirá en alrededor de 3 meses.