A propósito del #8M (día de la mujer) quiero, sin ánimos de "machoexplicar", hablar sobre algunas cuestiones del feminismo, dada la reticencia de algunos de mis congéneres (los hombres) de valorar y respetar el brío que han tenido las mujeres a lo largo de la historia. Empecemos.
1. Su origen.
El uso de la palabra feminismo se dio por primera vez en Francia en el siglo XIX, en una tesis médica escrita por Ferdinand-Valère Fanneau de la Cour, donde éste señalaba que muchos hombres enfermos de tuberculosis tenían rasgos infantiles y “feministas”, como los cabellos finos, pestañas largas, piel blanda y poca barba. Es decir, que se asociaba la palabra feminismo con aquellos hombres poco “varoniles”.
El primero en usar el término para señalar a las mujeres que luchaban por sus derechos fue Alejandro Dumas (hijo), cuando publicó un texto titulado "El hombre-mujer"; aunque, allí usaba la palabra feminista para burlarse de la posibilidad de que hombres y mujeres fueran iguales. A partir de ahí, la palabra se difundió de manera negativa. Años después, la sufragista Francesa Hubertine Auclert se apropió de la palabra en 1882 como una forma de reconocer y honrar a las mujeres que habían vivido antes que ella y que, como ella misma, habían vivido injusticias sistemáticas.
2. Significado.
El feminismo es un movimiento diverso y plural creado por la mujeres para emanciparse del sistema patriarcal, tras haber sido consideradas inferiores a lo largo de la historia y obligadas a estar sometidas, invisbilizadas y siempre un paso atrás. Esta situación de injusticia ha sucedido durante toda la historia, por ejemplo, entre el siglo XV y XVII muchas mujeres fueron asesinadas por no vivir como se esperaba: sumisas y domesticadas. De hecho, en la Asamblea Nacional de 1789 que proclamaba la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, se pasó por alto la Vindicación de los Derechos de la Mujer que había escrito años antes Mary Wollstonecraft, en los que hablaba de la igualdad, de los Derechos Civiles, políticos, laborales, educativos y sobre la libre decisión.
3. ¿Y los hombres?
No, el feminismo no es el opuesto del machismo, el machismo busca la "dominación", el feminismo la equidad de géneros. En vez de preguntarnos por qué no hay un día de igual magnitud para los hombres, debemos reconocer que las mujeres tienen pocos días para visibilizar la lucha por sus derechos y los hombres ya tienen suficiente con el protagonismo durante toda la historia de la humanidad.
El feminismo es una potencia de transformación interseccional y transgeneracional que nos atraviesa a todes porque es un principio democrático. Sin embargo, las protagonistas deben ser la mujeres, por eso los hombres feministas o aliados deben vivir en una constante autocrítica, reconociendo sus privilegios y actuando siempre contra el machismo.
El feminismo señala al patriarcado, el cual se puede definir cuando una sociedad se organiza bajo el supuesto de que los hombres deben de tener mayor autoridad y poder que las mujeres. El patriarcado, no obstante, impone estereotipos y roles nocivos para los hombres también, y por eso esta lucha también es nuestra. ¡No es necesario ser parte de un grupo que sufre injusticias para defender sus derechos!
4. Denuncia.
El feminismo hoy día, en lo que algunos consideran la tercera ola y otros la cuarta, sigue haciendo patente la vulneración de los Derechos Humanos, la violencia sistemática, los matrimonios forzados, la mutilación genital o ablación, entre muchas otras injusticias que viven las mujeres en el siglo XXI.
Según el Foro Económico Mundial, pasarán 200 años hasta que se acabe la desigualdad laboral y pasarán 257 años para que la mujer consiga alcanzar la misma participación económica y oportunidades que los hombres. Además, según la ONU 137 mujeres son asesinadas a diario por su pareja o familiares, lo que se denomina (feminicidio).
5. Apéndice
Es fácil hablar de lo que no se ha vivido en carne propia, por eso les invito a escuchar activamente a las mujeres y a escucharnos entre nosotros, pues el feminismo no es estático, es más bien como la vida, está en un continuo cambio. Es diverso, tiene diferentes corrientes y no obliga al consenso. Por eso también desde aquí, se pugna a favor de mejores condiciones entre todos los géneros, desde una visión no binaria que incluye a las mujeres trans y a les otres. ¡Celebremos el disenso y la reflexión que nos siguen acercando a la equidad!