Tengo sentado en el banquillo a un hombre de mirada melancólica y trato sencillo, graduado con honores de Economía en la Javeriana y una maestría en finanzas de la universidad de Exeter en Inglaterra. Zuluaga es un personaje sin ínfulas de celebridad y se muestra firme en sus convicciones. Oscar Iván, como prefiere que lo llamen, es un político al que el país nacional conoció recientemente y, a pesar de ello, estuvo muy cerca de convertirse en Presidente de la República. Nació en Pensilvania en febrero del 59. No se trata del célebre Estado Norteamericano, en el que los fundadores de ese país elaboraron la Declaración de Independencia y la Constitución: el pueblo de nuestro indagado está enclavado en las montañas del Departamento de Caldas. Oscar Iván Zuluaga mide aproximadamente 1.70, tiene ojos cafés, no posee cicatrices visibles (probablemente una que otra en el alma después de la campaña), está casado con la barranquillera Marta Ligia Martínez, tiene tres hijos y está seguro de que su historia en la política, apenas comienza.
ABELARDO DE LA ESPRIELLA: Doctor Oscar Iván Zuluaga, ¿usted jura decir la verdad y nada más que la verdad?
Oscar Iván Zuluaga: Sí, señor. (Risas)
A De La E: Estamos en indagatoria. ¿Desde cuando surgió la idea de ser candidato presidencial?
OIZ: Yo lo venía trabajando, pero, para ser muy concreto, desde mayo de 2012.
A De La E: ¿Antes de esa fecha usted nunca pensó que pudiera llegar a ser Presidente de la República?
OIZ: Claro que sí, desde muy niño. Incluso mi mamá me recuerda que yo hablaba de eso y jugaba a armar gabinetes y los conformaba con miembros de la familia. Como una decisión ya firme de entrar en un proceso, fue exactamente en mayo de 2012, cuando dije: “Yo voy a empezar a recorrer el país como precandidato para explorar las posibilidades de ser candidato presidencial,” pero esa idea rondó mi cabeza desde niño.
A De La E: ¿Cuáles fueron los líderes que inspiraron su carrera política?
OIZ: De joven, en el colegio, me interesé por Winston Churchill, porque Winston Churchill fue un gran economista, pero fue también un gran político y eso me marcó profundamente. Lo estudié en el colegio y, además, me lo referenciaron en mis clases de literatura y de historia. Luego, cuando empecé mi vida pública o el interés en la política estando en la universidad, me impactó mucho Álvaro Gómez Hurtado. Mi familia es de origen conservador, pero a mí me llegó mucho Gómez Hurtado por varias cosas: el tema del papel de la inversión en el desarrollo de un país (en esa época se hablaba del desarrollismo). Para Gómez la inversión era determinante, porque la inversión es el motor que impulsa a un país y a su economía. Sus posturas sobre la administración de justicia y la discusión sobre del tamaño del estado. Gómez Hurtado fue un visionario. Luego tuve una gran admiración por la lucha de Luis Carlos Galán contra el narcotráfico y por el valor y la perseverancia de las que siempre hizo gala, defendiendo sus ideas. Más adelante conocí a Álvaro Uribe Vélez, cuando él era Gobernador de Antioquia. Digamos que ese episodio fue lo que marcó definitivamente mi rumbo. Yo ya había sido alcalde y concejal; encontré ahí una fuente de identidad ideológica muy fuerte que fue, a la postre, la que me llevó a avanzar y a meterme de lleno en la política de las grandes ligas.
A De La E: Ha mencionado en la anterior respuesta varios personajes importantes en la historia política del mundo y de Colombia. A Winston Churchill le gustaba el Whisky, al Doctor Gómez Hurtado le fascinaba el buen vino, Galán tomaba Campari de vez en cuando. ¿Usted, como ellos, tiene alguna predilección por un licor en especial, o es como Uribe que no se toma un solo trago de licor para evitar que se le salga el diablo?
OIZ: (Risas) ¡No, no, no, yo soy tomador social!Tomo whisky, tomo vino, un aguardiente o un ron. Digamos que soy más amplio en eso. Me adapto a las circunstancias, al ambiente, si estoy en mi pueblo Pensilvania, allá a la gente le gusta tomar aguardiente y escuchar la música vieja o el tango.
A De La E: Es lo que los expertos llamarían “promiscuidad etílica”.
OIZ: (Risas).
A De La E: Volviendo a la política: ¿Le parece que el expresidente Uribe se equivocó no ungiéndolo a usted como sucesor hace cuatro años?
OIZ: Las circunstancias eran otras. Yo era Ministro de Hacienda y se vino la peor crisis de la economía global y yo me sentí con una gran responsabilidad con el país. Haber abandonado el gobierno en ese momento hubiera sido un acto de irresponsabilidad. Entonces tomé una decisión y era pensar en el país, cumplir como Ministro de Hacienda y acompañar al presidente Uribe. Además, había como cinco candidatos y se habían ido todos del gobierno y pensé: alguien debe estar aquí.
A De La E: ¿Cuáles habrían sido las tres prioridades de su gobierno?
OIZ: Mire, yo trabajé mucho el tema de la educación (para mí es una gran obsesión). El tema del desarrollo agropecuario. Colombia no resiste más, si no hay una política agropecuaria que realmente le muestre al campesino y a los once millones que viven en la zona rural un país de mejores posibilidades, y lo tercero, el tema de la seguridad en las ciudades: la seguridad urbana se volvió un tema crítico en nuestro país, al igual que el microtráfico.
A De La E: Usted es un hombre metódico y pragmático. ¿Qué nombre tenía en su cabeza, por ejemplo, para ocupar el Ministerio del Interior?
OIZ: Hubiera buscado una buena persona en el partido conservador.
A De La E: ¿Pero quién le sonaba?
OIZ: Por ejemplo, un hombre que siempre admiré mucho en el Congreso, que también es de la provincia, una persona como José Darío Salazar. Me parece un colombiano muy valioso. Él no salió al senado, pero es una persona que tiene una experiencia súper valiosa. Una persona con un perfil como el de él me hubiera encantado.
A De La E: ¿Quién habría sido su Ministro de Defensa?
OIZ: Difícil todavía decirlo.
A De La E: Doctor Zuluaga, le recuerdo que estamos en indagatoria, no me venga con ese cuento. Usted es un hombre que defiende la seguridad, ese asunto es sin duda uno de los bastiones de su propuesta política. ¿Cómo creer que no tenía en la cabeza un candidato que se fuera a encargar de algo tan importante?
OIZ: Le digo con toda franqueza, doctor Abelardo, porque estamos en indagatoria, era algo que yo quería examinar con cuidado, pero pasado el resultado de la campaña presidencial.
A De La E: Está bien: se la valgo. ¿Y tenemos el nombre de un posible Canciller?
OIZ: Carlos Holmes Trujillo obviamente era el candidato a la vicepresidencia, pero un hombre de su perfil para el cargo de Canciller habría sido extraordinario, por su conocimiento integral del campo diplomático, además de su concepción universal en términos de derechos humanos, de la paz, de las relaciones internacionales y de la inserción del país en la economía global.
A De La E: ¿Qué sintió el día de la derrota, qué pensamientos y sentimientos albergaban su mente y su corazón?
OIZ: Para mí fue una victoria. Yo quedé sorprendido con la votación. Siete millones de votos y lo único que pensé es que finalmente esa fue la decisión de los electores. Yo he tenido algo muy claro a lo largo de mi vida política: cuando se entra a una contienda como demócrata, sé que hay dos opciones: ganar o perder. Nunca me ilusiono exageradamente y siempre estoy preparado para lo uno o para lo otro.
A De La E: ¿Había un discurso para la derrota o debió improvisarse en el momento de conocer el resultado de las elecciones?
OIZ: Para serle franco, yo tenía escrito un discurso, en caso de ganar, y tenía unas ideas, si no me era favorable el triunfo, porque definí lo siguiente: quería que un discurso de victoria fuera muy sereno; pero, en caso de no ganar, deseaba que el discurso tuviera un sentimiento, más de lo que me naciera del corazón, con unas ideas que yo había bosquejado, y efectivamente sentí que dije lo que me salió del alma.
A De La E: ¿Cuál es el mensaje para esas casi siete millones de personas que votaron por usted?
OIZ: Hicimos una gran campaña y mostramos que se puede hacer política con grandeza, que se puede hacer política basada en ideas y en propuestas, y que, con fundamentos en esas ideas y propuestas, se pueden lograr los resultados que se buscan. Yo sentí una inmensa satisfacción porque eso fue lo que hice a lo largo de este ejercicio de más de dos años de buscar la Presidencia de Colombia: demostrar que es posible ganar la Presidencia y hacer política con ideas y propuestas.
A De La E: ¿Usted en este momento es precandidato a la Presidencia para dentro de cuatro años?
OIZ: Yo diría que soy una realidad política con un resultado muy importante. Ahora, como Director del Centro Democrático, seguiré aportándole a mi país, pero tengo la fijación de que la política tiene sus momentos y uno no puede imponer las decisiones ni los escenarios. El que hace eso se equivoca porque se obsesiona, y me parece que uno en la política tiene que saber leer los tiempos para poder tomar las decisiones que correspondan.
A De La E: Usted decidió designar a su hijo David como gerente de la campaña. Es la primera persona en el mundo que ocupa un cargo de esa envergadura a los 24 años de edad en una campaña presidencial. ¿Fue una decisión acertada?
OIZ: Mire, hay algo que le voy a confesar y es práctico: hoy es el gerente de una campaña quien asume con su patrimonio la responsabilidad cuando adquiere los créditos para una campaña, y no fue fácil para mí, en un momento dado, encontrar a una persona que estuviera dispuesta a comprometer su patrimonio personal, respaldando la campaña, sobre todo de una candidatura como la mía, que en ese momento no era muy conocida, que no se sabía cuántos votos iba a sacar y que no se sabía cuánto le podían prestar. Nosotros teníamos que tomar créditos por más de 10.000 millones, en primera vuelta, y más de 7.000, en la segunda ¿Quién está dispuesto a responder con su patrimonio individual y personal? No era fácil.
A De La E: Usted ganó la primera vuelta con un discurso fuerte contra las FARC ¿Suavizarlo para aliarse con Marta Lucía Ramírez fue adecuado?
OIZ: Yo creo que para gobernar uno tiene que buscar alianzas con partidos y proyectos afines, y lo que se hizo con Marta Lucía en nada comprometía nuestras exigencias frente a las FARC; pero le daba un tono más esperanzador al hecho de mantener el proceso actual, y me parece que el talante de un gobernante está en eso: sin sacrificar sus convecciones, mostrar que se puede lograr acuerdos para facilitar una mayor gobernabilidad y, en este caso, un mayor respaldo.
A De La E: ¿Los asesores brasileros fueron lo suficientemente acertados en el diseño de las estrategias?
OIZ: Sí, claro. Los resultados están a la vista, la “Z”, tuvo un impacto enorme, y la estrategia de unos comerciales basados en propuestas fue lo que permitió el crecimiento espectacular que tuvimos. Si uno mira la curva de crecimiento en las encuestas, en menos de 15 días yo dupliqué y pasé de 14-15 al 25-28, y un efecto grande de eso fue la estrategia publicitaria, aparte de un gran trabajo de Duda Mendonça que se manejó en televisión. Creo que en eso fuimos bastante efectivos y, de hecho, en segunda vuelta muchos de los comerciales que nosotros hicimos fueron imitados por la campaña reeleccionista, pues trataban de utilizar el mismo formato.
A De La E: ¿Ahora que hablamos de comerciales, se arrepiente del comercial de la señora de las naranjas?
OIZ: No. Ese fue un comercial que reflejaba el sentimiento de una mujer que veía que su única esperanza en la condición en que estaba era la educación y que no estaba dispuesta, o sea, que quería votar por Zuluaga, pero no quería que yo le fuera a fallar, y el mensaje lo que trataba de transmitir era eso. ¡Que no me vaya a fallar, que no me vaya a fallar!
A De La E: Hay personas que le atribuyen su derrota en segunda vuelta al hecho de que la campaña quedó “secuestrada”, por Duda Mendonça y su hijo David. Se dice que en la recta final no se hacía nada si ellos no estaban de acuerdo. ¿Qué opina?
OIZ: No, lo de David es falso. La estrategia general la manejaba Duda, y él, como una persona que tiene la suficiente trayectoria, pues obviamente tomaba las decisiones que consideraba acertadas.
A De La E: ¿Entonces cuál fue el error que se cometió en la segunda vuelta, que impidió mantener el liderato de la primera?
OIZ: Hubo un crecimiento muy importante entre una y otra. No hubo un estancamiento, pero el gobierno tuvo una aplanadora a su disposición, una maquinaria pública. El tener tres partidos, medios de comunicación, la propaganda del gobierno, alcaldes, gobernadores, trabajando todas las entidades del Estado, moviéndose en todos los municipios, fue una gran desventaja; además, se infundió mucho miedo, temor, se dijeron mentiras y eso afectó. Fue una pelea de David versus Goliat, y un Goliat sin límites, sin restricciones y usando todo los recursos y bienes del Estado. Mire, no más las publicidades de los debates eran financiadas por el Gobierno. El Gobierno tenía tres partidos, la propaganda pública y la campaña y por eso usted veía en la segunda vuelta una propaganda mía, mientras que se publicaban cuatro del candidato Santos. Entonces, creo que ahí hubo, como nunca antes, un exceso. Usted vio al doctor de La Calle haciendo propagandas en todas las semanas finales. Esa fue una de esas lecciones sobre las que hay que meditar. Por eso nuestra propuesta a la reforma política, porque esos desbordamientos le restan equilibrio a la democracia.
A De La E: Usted ha sido un defensor vehemente de la reelección.
OIZ: Claro.
A De La E: ¿Qué piensa ahora de esa figura, después de haber padecido en carne propia el poder ilimitado de un presidente en ejercicio?, porque, además, quedó en evidencia que, por mala que sea una candidatura, teniendo asiento en el Gobierno, se cuenta con todas las posibilidades de triunfar.
OIZ: Debe haber límites al uso de ese poder, no puede ser ilimitado. Por ejemplo, en el tema de la propaganda.
A De La E: ¿Estaría de acuerdo en proscribir del ordenamiento jurídico la reelección?
OIZ: Estoy de acuerdo con que se abra ese debate.
A De La E: ¿En su condición de Director del Partido Centro Democrático, sírvase informarle a este despacho que tipo de oposición es la que le van a hacer al segundo gobierno del Presidente Santos?
OIZ: Mire, Abelardo, yo he dicho: primero, hay que hacer muy estrictos para garantizar que este gobierno le cumpla a los colombianos; es nuestro deber hacer ese proceso de seguimiento y de control. Si prometieron 400.000 casas gratuitas, que cumplan. Ya queremos ver de dónde van a obtener esos 16 billones que cuestan. Y así en cada una de las propuestas, porque al país se le prometieron muchas cosas, y llega el momento en que hay que hacer un seguimiento para que cumplan.
Lo segundo, hay que tener una oposición en un plano constructivo. ¿En qué sentido? En que las cosas buenas el país las tiene que llevar adelante. Por ejemplo, yo creo que nosotros debemos asumir un liderazgo como bancada, en temas como la educación, la salud, el desarrollo agropecuario, que fueron banderas de la campaña, y proponer ideas para que otros sectores políticos apoyen nuestras iniciativas. Creo que eso le sirve mucho al país.
Yo quisiera que el Centro Democrático fuera visto como la alternativa no solo para las elecciones del 2015, sino del 2018 porque creo que eso es mucho más profundo. Cuando uno lo ve como alternativa, es porque está ejerciendo una posición crítica pero constructiva y, bueno, tenemos que hacer un control político, porque como partido necesitamos defender la voz de siete millones de colombianos en temas cruciales.
Nosotros debemos aportar a buscar la paz negociada, pero el Gobierno debe entender cuál fue nuestra propuesta, que representa a 7 millones de colombianos. Ahí hay una voz que tiene que ser escuchada, que tiene que ser llevada en las definiciones, y me parece que ese papel de parte nuestra le puede aportar muchísimo al país. Y algo muy importante construir un partido moderno, sólido, un partido que esté conectado con el ciudadano, un partido de militantes, un partido que realmente se identifique con los problemas de los ciudadanos y de las regiones del país.
Me parece que esos elementos mostrarían un Centro Democrático, que sería vital para el fortalecimiento de la democracia de nuestro país. Yo creo mucho en ese proyecto, por eso he aceptado la Dirección del partido, para contribuir en ese proceso.
A De La E: ¿Si el presidente Santos lo convoca para que haga parte del equipo negociador de La Habana, usted que haría?
OIZ: Mire, más que aceptar una propuesta puntual, hay que conocer qué es lo que se quiere en la búsqueda de esa paz negociada, cuál puede ser ese aporte nuestro. Nosotros hemos dicho que estamos de acuerdo con una paz negociada.
Esa paz negociada demanda condiciones. Yo no puedo ir a La Habana o a cualquier otra parte con los ojos vendados. Me parece que tiene que haber una precisión de cuál es nuestro papel para poder ayudar a construir una paz negociada, y eso no es simplemente ir por ir o hacer una visita o escuchar por escuchar. No estoy de acuerdo.
Estamos hablando de una posición que representa a 7 millones de colombianos; ahí también tiene un papel que jugar Marta Lucía Ramírez, que fue mi aliada en esta segunda vuelta, representando al partido Conservador.
A De La E: ¿Está de acuerdo con esta teoría mía: de haber resultado electo Presidente usted, el expresidente Uribe se hubiese retirado al Ubérrimo a criar ganado y a montar caballos?
OIZ: No creo, el presidente Uribe ya era senador, y estoy seguro de que iba, como lo va a hacer ahora, a ejercer su papel. Además, él estaba muy comprometido en apoyar el éxito de nuestra propuesta programática desde el Congreso.
A De La E: ¿Cómo ve usted las críticas que le ha hecho por estos días la izquierda al presidente Santos?
OIZ: El presidente Santos quedó hipotecado, su triunfo quedó hipotecado, primero con las FARC. Entonces las FARC reclaman que, gracias a ellas, Santos ganó la elección presidencial. La izquierda y Petro reclaman que fue gracias a ellos, y los políticos también. No sé cómo va a hacer para sortear ese serio problema: cuando uno tiene más de tres beneficiaros de una hipoteca es muy complicado manejarlos.
A De La E: ¿Usted es de centro o es de derecha?
OIZ: No, yo me considero una persona de centro realmente.
A De La E: ¿Le preocupa el proceso del Hacker?
OIZ: Pues yo tengo una tranquilidad de conciencia total porque nunca he hecho nada indebido, yo no hice nada equivocado o ilegal, no tengo nada que ocultar y espero paciente y tranquilamente todo lo que la Fiscalía en esa materia investigue.
A De La E: ¿Qué otra profesión le hubiese gustado aparte de la que tiene?
OIZ: Pues yo no, digamos que lo que tengo es todo lo que en la vida soñé, un economista político. (Risas)
A De La E: Responda puntualmente, por favor, estamos en Indagatoria.
OIZ: Derecho hubiera podido ser un buen camino.
A De La E: ¿Cuándo le menciono las siguientes palabras en quien piensa? Amor
OIZ: En mi esposa.
A De La E: Traición
OIZ: Santos.
A De La E: Cinismo.
OIZ: Vargas Lleras.
A De La E: Amistad.
OIZ: Luis Alfonso Hoyos.
A De La E: Lealtad.
OIZ: El gran amigo de toda mi vida, Fernando París.
A De La E: Odio.
OIZ: Yo he borrado esa palabra de mi mente. Yo a veces tengo rencor, pero aprendí a no odiar.
A De La E: Doctor Zuluaga, hemos terminado la indagatoria. Puede usted ir en paz.