Uno de los episodios más aberrantes en la historia de la policia nacional ocurrió en el 2010 cuando una niña de 13 años pidió el baño prestado, ya que su mamá la había dejado por fuera de la casa y cuatro policias aprovecharon para violarla. Los patrulleros fueron condenados a penas entre 12 y 17 años por este crimen. Las condenas se hicieron efectivas en el 2013
Sólo 10 años después de lo ocurrido el estado dictaminó que tendrá que pagar 400 millones de pesos a los familiares de la menor en Bucarmanga. Una compensación que llega demasiado tarde y que nunca será suficiente para reparar en algo el dolor y los traumas causados por este hecho.