De las 134 personas que han confesado ser el asesino de Olof Palme, 29 de ellas ante la policía, solo hay un autor: el llamado « hombre de Skandia », Stig Engström. Así lo dejó en claro el Fiscal General sueco, Krister Petersson, durante la histórica conferencia de este miércoles 10 de junio.
Tras la declaración del Fiscal es obvio que el homicidio de Olof Palme no será juzgado en la corte pues Stig Engström se sucidó en el año 2000 y, por lo tanto, no puede ser procesado. « Puesto que esta persona está muerta, yo no puedo ponerlo bajo acusación y he decidido cerrar el caso », afirmó el Fiscal.
De esta forma, se pone fin a una de las investigaciones policiales mas grandes de las historia, apenas comparable con el caso de J.F. Kennedy.
60 millones de euros costaron tres décadas de pesquisas en las que más de 10.000 personas fueron interrogadas y cuyos documentos reposan en 250 estantes.
"El hombre de Skandia", un lobo solitario
Según el Fiscal General, el primer ministro sueco Olof Palme fue asesinado a tiros por un perpetrador solitario que se infiltró en la investigación. El Fiscal llega a esa conclusión porque el grafista inculpado, Stig Engström, corresponde al perfil del perpetrador que surgió siete años después del asesinato.
En este punto, el Fiscal subrayó los errores cometidos por la policía sueca durante las primeras investigaciones que seguían el rastro del asesino de Palme. De esas primeras pesquisas surgió Christer Pettersson, único condenado y liberado en este proceso y a quien la viuda de Palme, Lisbet Palme, dijo haber reconocido como el hombre que salió corriendo tras disparar por la espalda contra su marido, el primer ministro sueco.
Las criticas del Fiscal radican en que la investigación policial que condujo a este drogadicto de la zona de Estocolmo donde se cometió el crimen se puso en marcha muy tarde y porque el resultado final ha sido interpretado por varios expertos como hecho a la medida del inculpado.
Cuando el Fiscal Petersson apareció en la escena de esta mega investigación, hace ya tres años, cambió la metodología que venía utilizando la policía sueca hasta el momento: olvidó todas las teorías y volvió al principio. « Mi objetivo ha sido comenzar en la escena del crimen y ver a dónde conducen esas pistas, en lugar de hacer al revés, comenzar con una teoría y buscar pistas de regreso a la escena del crimen » afirma.
Y es en esta ruta inversa que el Fiscal rescató la pista del «Hombre de Skandia ». Stig Engström había sido interrogado por la policía luego de la muerte de Palme, pero el sospechoso fue rápidamente descartado del caso, pese a que durante los interrogatorios cambió varias veces de versión.
Sin embargo, el nombre de Engström resurgió a raíz del trabajo de una Comisión de investigación sobre la manera como la policía había llevado el caso. Según el Fiscal, los nuevos trazos del asesino de Palme que hizo la Comisión se ajustan al perfil de Engström: estaba acostumbrado a armas de fuego, tenía errores de visión, trabajaba en la compañía de seguros Skandia, cerca del lugar del crimen, era amigo de un coleccionador de armas, tenía una especial fascinación por los revólveres Magnum y, en opinión del Fiscal, se infiltró en la investigación para obtener más información y al mismo tiempo engañar.
No obstante, un problema clave en la investigación ha sido la ausencia del arma homicida. Lo único que se encontró fueron dos balas Magnum 357 del fabricante Winchester-Western.
El Magnicidio de un político excepcional
- ¿Qué pasa? ¿Puedes arreglar solo la situación ? pregunta la mujer que recibe la llamada de emergencia.
- No, es Olof Palme, responde el personal de la ambulancia.
- ¡¿Qué dijiste?!
- Es Olof Palme.
¿Es eso cierto, nuestro Primer ministro?!
Esta llamada ocurrió el 28 de febrero de 1986. Acababan de disparar varios tiros por la espalda y a quemarropa contra el Primer ministro sueco Olof Palme, en la intersección de Sveavägen y Tunnelgatan en el centro de Estocolmo por donde caminaba del brazo de su esposa, poco después de salir de cine.
Este magnicidio ocurrió en pleno apogeo del idilio sueco y las heridas en la sociedad del país escandinavo siguen abiertas. Se suele decir que con el asesinato político de Olof Palme Suecia perdió su virginidad.
Durante los gobiernos del primer ministro socialdemócrata (1969-1976 y 1982-1986) el desarrollo industrial de Suecia llegó a la cúspide y Palme invirtió la riqueza en el Estado de bienestar. Podría afirmarse que Palme logró darle al capitalismo un rostro humano.
Palme expandió la cobertura de los sistemas de salud y en general de todas las vertientes de protección social, con grandes inversiones en educación, aumento del poder de los sindicatos. También despojó a la monarquía sueca de todo su poder político reservándole un valor puramente simbólico.
Mientras dentro de la población sueca crecían los adeptos a Palme, sus reformas suscitaban el manifiesto rechazo de empresarios y políticos liberales del país escandinavo.
Esta división se repetía en la arena internacional en la que Palme era, en plena Guerra fría, el símbolo de la tercera alternativa en esa disputa entre el Este y el Oeste. Su solidaridad con los pueblos del mundo le generaba simpatías pero también cosechaba enemistades en la derecha que no gustaba para nada el enfrentamiento abierto de Palme contra los atropellos de parte de gobiernos extranjeros.
En su defensa de valores progresistas, Olof Palme criticó tanto a la Unión Soviética en la invasión de Checoslovaquia como a Estados Unidos en el bombardeo a Vietnam.
Fue el primero en visitar a Cuba tras el bloqueo de la administración estadounidense a la isla. Durante su gobierno, recibió a torturados y perseguidos en las dictaduras del Cono Sur y la Suecia de Palme brindó asilo a los revolucionarios que hacían parte de movimientos insurgentes en América Latina.
Más allá del "Pantano"
A mediados de la década de 1980, la policía sueca llamaba despectivamente a la zona donde está ubicado el lugar del asesinato de Palme "Träsket", que en sueco quiere decir « Pantano ». Un distrito de Estocolmo donde abundaban delincuentes, prostitutas, tiendas de pornografía y sitios clandestinos de juego.
Era en la capital sueca, quizás, el barrio más peligroso de la noche. Allí fue ubicado el adicto Christer Pettersson, el único culpado y rápidamente exculpado. Fue allí también donde la policía sueca encontró a varios de sus testigos clave.
Durante estas tres décadas sin elucidar el crimen ni hallar al culpable, la pregunta de investigadores independientes, periodistas y documentaristas ha sido si la respuesta a quién mató a Olof Palme está enterrada en lo profundo del "Pantano", o si algún otro rastro por fuera del Pantano está más cerca de la verdad.
Las versiones de la conspiración internacional
Lo cierto es Palme era un hombre muy atípico para ser un político. Tenía muchos enemigos dentro y fuera del país. Y los magnicidios siempre remiten a la conspiración internacional.
En ese sentido, se han tejido todo tipo de hipótesis sobre los móviles de su asesinato. Desde la KGB, la CIA y el Mossad, hasta el régimen del Apartheid en Sudáfrica en complicidad con la ultraderecha sueca, pasando por los separatistas kurdos del PKK.
Otra teoría apunta hacia India y la venta de armamento sueco al gobierno de Rajiv Gandhi durante las décadas 80 y 90. Según investigaciones independientes, la empresa de armas sueca Bofors pagó sobornos a intermediarios en India para obtener el contrato de venta de artillería con la implicación del primer ministro Gandhi. La tesis es que Palme descubrió este escándalo de corrupción poco antes de su muerte.
Los errores de la policía sueca
Si algo caracteriza la investigación policial para dilucidar la muerte de Olof Palme son los errores. El primero: no acordonar la escena del crimen y permitir, de esta forma, que personas se acercaran hasta el lugar en el que el Primer ministro fue abatido para dejar ofrendas en su memoria.
Varios testigos abandonaron el lugar sin ser interrogados. Tampoco se recuperaron las huellas antes de que se retirara la nieve.
Las dos ojivas del revolver fueron encontradas por curiosos que se aproximaron, días después, a la escena del asesinato. Y el mismo hecho de que se trate de balas de un Magnum calibre 357 ha sido cuestionado.
El arresto de Christer Pettersson, dos años después de la muerte de Palme, resultó todo un fiasco. Fuera de su apariencia física que efectivamente correspondía a la del hombre sospechosos descrito por varios testigos, incluída la viuda de Palme, nunca se encontró en el joven drogadicto una razón que lo condujera a perpetrar el homicidio. Tampoco le fue hallada el arma del crimen. La justicia tuvo que dejarlo libre tres meses después de condenarlo y ordenar el pago de una compensación de 50, 000 dólares. Pettersson murió en 2004.
*Publicado inicialmente en Radio Francia Internacional con el título El asesino de Olof Palme es el "Hombre de Skandia" y se cierra la investigación sobre el magnicidio.