Primero que todo, un feliz 2017 a todos los que me leen, a los que les incomoda que haya votado No el 2 de Octubre, que no le aplauda ni a Timochenko, ni los Roy, Benedetti, Serpa, en fin, a los de esa orilla que no se sonrojan. Los que no les gusta nada de lo que escribo, y a los que sí les gusta. Creo que llegó el momento del análisis y el criterio ciudadano a mayor nivel en este 2017 que el demostrado en el año anterior.
En síntesis, defenderé convencido que es sano y necesario el pulso entre la Colombia decente, más cuando este desinfla a la Colombia política en las urnas.
Y no es para menos. Será necesario el criterio, a la hora de ver renunciar para luego “saltar al agua”, como si nada a las elecciones de 2018, a los autores de reforma tributaria, al del coscorrón, la que desde Venezuela afirmó que haríamos en Colombia filas “con gusto” en fin, a todos los que saldrán muy “tiesos y majos” y hasta hoy desconocen el No que ganó en las urnas el plebiscito, entre otros puntos que indignan en la Colombia decente.
Me pongo en el lugar de los supersticiosos, aquellos que aman el 7, el 17 en fin todo lo que tenga que ver con este número. Dicen que es perfección, Y no es más perfecto que en este año mantengamos firmes el criterio. Y como plenamente convencido he afirmado, criterio en un momento como este, es decir No cuando los que gobiernan presionan por que Sí. A los que pretenden meternos en la discusión si el soberano es el colombiano de pie, o el Congreso.
Criterio en un momento como este, es decir No cuando los que gobiernan presionan por que Sí.
A los que pretenden meternos en la discusión
de si el soberano es el colombiano de pie, o el Congreso.
A mí me gusta tanto el 7, que no boté a la fogata el muñequito de Año Viejo. Lo convertí en el depositario de todas las ilusiones del Nuevo 7.
Muchos, después de ferias de Cali, Manizales, seguramente sentirán en su guayabo, el efecto de la reforma tributaria. El 60 % de la canasta familiar aumentó al 19% el IVA, lo que sin duda asfixia la clase media. Aunque es así, ha resultado indignante ver como salen con pauta oficial propagandas afirmando que esta reforma “cuida y protege el bolsillo de los colombianos”. Qué tal esto. Aunque maquillen la cosa, la inflación que cerró el 0,93 %, la desaceleración en la demanda de productos y servicios superior al 5 %, cifras nada buenas para el país. Menos mal ese criterio de este 7 tienen claro las cosas como son.
Me invitaron a un debate de Sí o No, y entre las preguntas de cómo inicia este 2017, mi contraparte de frente, dijo que le extrañaba que yo siendo joven no aplaudiera, porque entre otras cosas Colombia es un país alegre y sin duda así sortearíamos este 2017. Ni tibio, y ni tibios los que piensen así. Los que asocian ser joven con integrar los comités de aplausos, campamentos, en fin, todo lo que tenga simpatía de este gobierno y maquille la realidad que nos dejan, se equivocan. Tan equivocados como los que pretenden que este país al cual 3 de cada 5 jóvenes menores de 35 años, proyectan irse en este 2017 decepcionados al exterior, regresen en medio de la tormenta que espanta el emprendimiento y desde luego a los emprendedores.
Con este mapa, no hay duda que este año del criterio, seguirá dividiéndonos. A todos en general. A nosotros los jóvenes, entre aquellos que terminan dando gracias Timochenko, y a los que nada nos tiene que agradecer. A los que les aplauden y los que ni tibios aplaudiremos el país que nos dejan.
Es entonces 2017, una tormenta donde el faro será nuestro criterio ciudadano, bienvenido el 7, que nos encuentra a la Colombia decente firmes. Repito, a la que Timochenko, ni sus alfiles del Congreso que votan como mandan en La Habana y en Palacio. A las firmas encuestadoras, a los medios, a los que ellos no tienen nada que agradecer, al país que ve las cosas como son.
@josiasfiesco