Después de décadas en un boom petrolero donde los mercados emergentes tomaron whisky fino tirando la casa por la ventana, ahora viene el guayabo, la resaca, el dolor inevitable del recuerdo de ayer. El petróleo ha caído a niveles improductivos en algunos lugares del planeta, El Fracking trabaja a pérdidas. Parece que los árabes se salen con la suya, a pesar de las súplicas de países emergentes.
En Colombia, y muchos países latinos, seguimos creyendo que todo dura para siempre, que los inversores extranjeros son nuestros amigos y que no nos desamparan. Falso. A los inversores solo les interesa la tasa de ganancia, y así como vinieron a los mercados emergentes huyéndole a la crisis financiera de los países desarrollados en 2008, así mismo se van, sin despedidas melancólicas.
En la tierra del Tío Sam regalaron dinero con los QE (Relajación Cuantitativa) y no fue uno, ni fueron dos, fueron tres. Los mercados subieron, el petróleo subió, el oro subió, la burbuja la hicieron finita para los mercados emergentes. Era de esperar que cuando los estadounidenses desistieran del dinero barato, la burbuja estallara. Primero fue Bernanke al anunciar la disminución del ultimo QE3, el petróleo tambaleó, el oro ya venía en picada, el SP&500 tambaleó pero siguió subiendo para atrapar incautos. Luego Yellen anuncia la subida de tasas, y listo, era tan evidente.
¿Y dónde estaban los analistas financieros del Gobierno? Analizando la forma de enderezar el entuerto con la receta médica para países capitalistas en crisis: recortes, subida del IVA, retenciones para salarios, impuestos para cuadernos, venta de empresas públicas, etc. No nos crean tan pendejos dijo alguna columnista de opinión, y la verdad es que siempre lo hemos sido.
Y venderán las empresas públicas, de día, o de noche cuando nadie se dé cuenta, subirán el impuesto sobre el valor agregado y le pondrán más retenciones a los salarios. No es que quieran, es que les toca, no tienen otra salida, de lo contrario se les cae el castillo de naipes, eso sí, a los grande capitales no los tocarán. En las crisis cíclicas desarrolladas en los mercados capitalistas quienes pagarán los platos rotos siempre serán los más débiles.
Con los QE se le inyectó una cantidad considerable de dinero a los bancos de Estados Unidos para que éstos despegaran el crédito, pero lo cierto es que el crédito no ha despegado, el índice adelantado de la economía WLI [1] se encuentra por debajo de cero, lo que indica que Estados Unidos no crece o su crecimiento es limitado. Trágico panorama, las dos economías más grandes del planeta ahora en problemas al mismo tiempo: China en crisis, y USA a punto de entrar, aunque realmente no ha salido de ella, espejismo mágico que logra la impresión de billetes.
Los medios dicen y replican, amparados en los manipuladores de Wall Streets, que es la sobreproducción lo que ha hecho caer el precio del petróleo. Lo que no nos dicen los genios es que la sobreproducción de productos, incluido el petróleo, está desde hace décadas. No existe demanda para tanta oferta, para tanta producción. Ha sido gracias al crédito bancario que la sobreproducción mundial se ha podido vender. ¿Lo has adivinado? Sí, es la crisis del crédito.
Los autos (que funcionan con gasolina derivado del petróleo), los televisores, las neveras, los inmuebles, los celulares de alta gama, etc. Todo se vende mayoritariamente con crédito, la mayoría de personas en el mundo no tienen para comprar de contado tan costosos productos. Vivimos en una súper burbuja, una producción mundial que no tiene demanda real. Por esta razón los Estados le tiran salvavidas a los bancos cuando están en crisis porque no tiene otra forma de vender sus productos. Si no hay demanda de créditos, la sobreproducción de las naciones no se vende. Así de sencillo, así de chévere.
¿Y qué viene para Colombia y el mundo en 2016? Nadie es brujo para adivinar lo que viene, excepto los del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, expertos en predecir futuros irreales. Lo que sí es seguro es que no será un año fácil para el mundo en general.
Terminando de escribir estas líneas me entero que la mayoría de firmas privadas de inversión aconsejan a sus clientes vender todo en bolsa, huir de los mercados. Hay miedo generalizado, pánico colectivo entre los fondos de inversión, el Índice de Miedo y Codicia está debajo de 20. Es la crisis del crédito, ¿todavía no lo entiendes?