Eres el grinch de tu grupo de colegas? ¿No sabes qué es el espíritu navideño ni falta que te hace? ¿Tienes alergia al brilli-brilli? Estás a salvo querido hater. Si por el contrario eres de los optimistas que chisporrotea estrellitas doradas y copos de nieve con el sonido de los cascabeles y el aroma del turrón, te invitamos a que eches un vistazo a nuestra lista y compruebes que tú, querido amigo, también odias la Navidad, pero aún no lo sabes:
- Las chaquetas navideños
- La sensación de estar fingiendo todo el tiempo; que a tu madre no le ha quedado seco el pavo, que te encanta el bolso terrible que te ha regalado tu cuñada, que no necesitas el aguinaldo que te introduce en el bolsillo de la americana disimuladamente tu abuela con un: "No seas tonta niña".
- Las pesadillas con las fotos del roscón. Por las noches ves roscones, están por todas partes: seguid subiéndolas a Instagram y dándoos golpes de pecho en Facebook con los hashtags cool #Yummy #Delicious #GuiltyPleasures #Homemade pero todos sabemos que el maldito roscón os ha quedado #DURO, #DuroComoUnaPiedra, #ComoATodosLosMortales, que es una #CoronaNavideñaComestible, puedes colgarlo en la puerta o lanzárselo a tu perro como un #Frisby. Porque la receta casera perfecta del roscón no existe, son los padres.
- Las colas. La gente enganchada al móvil en las colas que no sabe que le toca. Los colotas en el cine, en Primark, en Doña Manolita. Y muy especialmente, los colotas en Mercadona y particularmente las ancianas que ponen ojitos lacrimógenos sosteniendo una red de cuatro limones para que les cedas el turno. ¿Quién puede mantenerse impasible ante semejante escena conmovedora? Es Navidad. "Por supuesto que sí, pase señora". ¿Y la cara de mentecato que se te queda cuando aparece el nieto que es como el primo de Zumosol pero con el triple de esteroides, con una cesta hasta la bandera de botellas, mi-cuit y planchas de salmón ahumado tamaño hangar? Pues eso.
- Las llamadas de cortesía: de ese primo al que no ves desde hace 29 años salvo en funerales y bodas ineludibles... Cada vez que recurres al socorrido: "¿Y qué tal todo?" tras un silencio incómodo muere un gatito. Tenlo en cuenta
- El despiste estoy-pedo-o-estoy-de-resaca, estamos-comiendo-o-estamos-cenado, esto-es-siesta-o-es-desidia. La desorientación generalizada. Los pijamas que caminan sólos tras tres días de empacho
- Los brindis y las sacadas a bailar de las tías
- Envolver regalos: Para que después gentes ignorantes y sin escrúpulos rompan sin remordimiento alguno el riguroso empaquetado al que has dedicado horas de minuciosos empalmes, pliegues, dobleces y moñas varias en el que tú te has esmerado con fruición.
- La comida, en general, y la ley del pobre en particular: antes reventar que sobre.
- Poner el lavaplatos: ese electrodoméstico desconocido que sólo se utiliza en casa de familias numerosas. Lavar 300 millones de copas de champagne a mano después de las bacanales navideñas es tu penitencia grinch.
- Las listas de buenos propósitos: sacarte el carnet, la independencia, ir al gimnasio. En bucle, año tras año. Déjate de pamplinas y haz una lista de malos propósitos.
- Los villancicos. EN GENERAL
- Los que defienden los de Sinatra, Elvis y los Beach Boys -haciéndose los sibaritas- EN PARTICULAR.
- Las chicas que van con orejas de reno en el metro y cantan borrachas por Mariah Carey: All I want for christmas it's you. Eso en tu habitación, guapita
- Los timos y estafas varias. En las almejas, los langostinos, el cava, el cochinillo. El gato por liebre. La picaresca
- La imposibilidad de reservar mesa en NINGÚN SITIO, NUNCA, JAMÁS. Porque uno sabe cuando comienza una comida de Navidad, pero nunca sabe cuando va a terminar. Uno no sabe si debe llevarse el pijama (ver punto 6.) y acampar en El Perro y la Galleta o La Pilla -Pablo, di la verdad, el 15M se gestó en una comida de Navidad-. Uno sabe cuando arranca una cena de Navidad, pero no sabe si va a acabar cantando borracha All I want for christmas it's you con orejas de reno en la barra del restaurante o rancheras por Vicente Fernández en Tony 2.
- Las aglomeraciones en el centro el 24 en la tarde buscando un regalo a última hora
- La programación navideña en general. Y a los que convierten Love actually y The Holidays en trending topic, en particular
- El exceso, el empacho, la opulencia, la abundancia
- Las personas que aman la Navidad: porque son felices.
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