Ese día sucedió que el pueblo ya venía mamado del virreinato español instalado para joder a los nativos y luego también a los mestizos, que no eran considerados“gente de bien”.
No se necesitaba sino una chispa para prender la guachafita; que, inicia con el altercado entre el español José Gonzales Llorente, y Luis de Rubio, que, en medio de un ambiente exaltado por la negativa del virrey Amar y Borbón, para instalar la junta de gobierno de Santa Fe.
La reyerta que se armó, tuvo como pretexto el Florero de Llorente como se le conoce. Pero, significó, el “Grito de Independencia” de un pueblo hastiado de los abusos del virreinato.
212 años después: 20 de julio de 2022. ¿Qué celebramos?
Si bien, el estallido social de 1810, -más que la negativa del virrey a instalar la junta de gobierno-, uno de los aspectos claves que prendió la mecha el 20 de julio, fue el recurrente maltrato de Llorente el español, a los criollos, –nacidos en el continente de origen europeo, o mestizos-. Pero, que hervía desde la colonia por el mismo motivo.
Entonces a la fecha. ¿De qué nos independizamos, y de quién? ¿En qué ha cambiado la historia?
Es curioso qué, 212 años después del grito de independencia, el virreinato criollo que se instaló, haya reducido la patria que juraron defender, en un feudo, dominando al pueblo, con las mismas tácticas de hambre, miedo, mentira, exclusión, destierro, racismo y desarraigo de sus culturas mediante el saqueo y robo de su hábitat y propiedad. De la misma forma que trataron los colonos a los nativos para dominarlos.
Aprendieron la tarea, resultando la formula independista más mortífera y voraz que el virreinato español. Creando el “enemigo interno” que prevalece hasta hoy, en un país dividido por profundas desigualdades, por dos siglos de sangre, en una interminable guerra interna como consecuencia.
La pregunta es: ¿Qué celebramos entonces? ¿Si la historia de estos 212 años es una vergüenza? ¿En qué hemos hecho la diferencia?
El pueblo, mamado del virreinato criollo, estalla nuevamente el 28A de 2021. El florero esta vez; una lesiva reforma tributaria que pretendía gravar con más impuestos el hambre y la angustia del pueblo, frente al confinamiento del 2020. Mientras intentaba favorecer las arcas de los virreyes criollos, que se visibilizaron como: “La gente de bien”.
Quizás el 28A, debería proclamarse como una nueva Celebración de Independencia, como la del 20 de julio de 1810. Pues si bien este histórico momento da inicio a lo que sería el fin del virreinato español; el 28A debe pasar a la historia de Colombia como el inicio del fin del virreinato criollo. Pero, con una diferencia: Los virreyes criollos son colombianos, luego, no pueden ser expulsados. Pero si, en este punto de la historia, la independencia que debemos lograr entre todos, especialmente las nuevas generaciones –jóvenes–, consiste en romper las cadenas de la humillación y desigualdad.
Y con otra diferencia más: El 28A debe salir a marchar el pueblo independista y patriota. Porque, no el ejercito que sale hoy a exhibirse, desfilando frente al súbdito del virrey criollo. Después, de haber volteado las armas contra su pueblo. En lugar de salir a pedir perdón como la Institución del Pueblo, que juraron defender.
“Maldito el soldado que apunta su arma contra su pueblo”: Simón Bolívar.