Quiero celebrar este día tan especial para mi patria. No ganó la selección Colombia de fútbol, no ganó una etapa Nairo, Rigo, el Puma o Chaves; no obtuvo una medalla Mariana o Caterine. No, ha ocurrido algo más importante para usted y para mí. Ayer en La Habana se ha sellado el fin de un violento conflicto entre hermanos; se ha suscrito un acuerdo histórico al que tenemos que comprometernos todos los colombianos, unos para vigilar que las partes cumplan su palabra y los otros, para empezar a construir la paz que se merecen las nuevas generaciones.
No cabe duda que es válido que algunos colombianos no crean en las Farc. Ellos mismos se han encargado de generar el repudio de la población. Sin embargo, es importante manifestar que no es sensato descalificar el acuerdo con argumentos falsos o, lo que es peor, con frases de cajón que se inventa un solo ciudadano para que su séquito las repita. Frases como "Castro-Chavista" son repetidas por los seguidores del Senador Uribe, sin siquiera entender qué quiere decir, o sin sentarse a pensar que Santos, un heredero de la oligarquía o de la Aristocracia de este país, todo tiene menos de socialista o de comunista. ¿Cómo puede caberles en la cabeza que Juan Manuel, un hombre más Neoliberal que el mismo Uribe, vaya a cambiar su forma de pensar de la noche a la mañana?.
Pero esa no es la única frase que repiten los amigos del NO: expresiones como paz sin impunidad son también tarareadas por los seguidores del senador. Sin ninguna pena, sin ninguna vergüenza hablan de impunidad cuando la mayoría de los Paramilitares no pagaron un solo día de cárcel y los grandes cabecillas fueron extraditados a Estados Unidos para responder por narcotráfico, pero no para que pagaran por el despojo descomunal de las tierras de miles de colombianos, o para que se pudrieran en una cárcel por haber secuestrado, torturado, asesinado y descuartizado a miles de colombianos en complicidad con algunos malos elementos de las fuerzas militares. Esa es la realidad, infortunadamente el fanatismo político no permite que los seguidores de Uribe la vean y comparen de forma imparcial los dos procesos. Ellos prefieren seguir usando su libreto, el cual tiene solo cuatro frases a saber: "Paz sin impunidad, el grupo Narco Terrorista de la Far, Castro Chavistas" y por último, tal vez la que causa más risa, incluso en quienes no respaldamos al que podemos considerar el mal gobierno de Santos, aquella que insinúa que el presidente siempre fue un guerrillero más y que sigue las ordenes de Timochenko.
Para comprobar que lo que he dicho es cierto, basta con que aborde a su padre, a su madre, a un familiar o a un amigo que milite en el Centro Democrático, pregúntele por qué va a votar por el no, y verá que repetirá sin ninguna vergüenza las 4 frases que acabo de mencionarle, no importa que sean falsas, que no resistan el menor análisis; a ellos solo les importa repetir lo que dice su líder, su mesías, su redentor. Ojalá cambien de opinión: sería ideal que Uribe y sus seguidores también se desmovilizaran y le apostaran a la construcción de la paz. Pero yo sé que no es posible. Sin las Farc, el Uribismo desaparece y por eso se oponen al proceso desesperadamente.
Quiero que este escrito sea la invitación a votar por el SÍ a los acuerdos de paz. No permitamos que gane la desinformación y el miedo; no dejemos que la derecha radical nos quite la oportunidad de ver a Colombia en los mejores puestos a nivel mundial, no solo en deporte, en tecnología, en ciencias, en cultura, (tenemos la gente para eso). Solo hace falta que dejemos de matarnos y nos comprometamos a sacar al país del enorme atraso en la que la han sumido sus dirigentes y un irracional y fratricida conflicto armado.
Termino este escrito invitándolos a que este dos de octubre sea una fiesta nacional. Pongámonos la camiseta de Colombia, saquemos la bandera, salgamos a votar que SÍ a la paz y si quiere verlo de esa forma, salgamos también a decirle adiós a las Farc. ue ese sea el motivo de su voto, qué mejor que mostrar su rechazo a ese grupo, que votando para que desaparezca para siempre como grupo armado.
Los dejo con un hermoso aparte del discurso de posesión del expresidente Belisario Betancourt, en el que pedía que no se derramara una sola gota más de sangre colombiana; la oportunidad está en nuestras manos, no la desperdiciemos.
“LEVANTO ANTE EL PUEBLO ENTERO DE COLOMBIA UNA ALTA Y BLANCA BANDERA DE PAZ: LA LEVANTO ANTE LOS OPRIMIDOS, LA LEVANTO ANTE LOS PERSEGUIDOS, LA LEVANTO ANTE LOS ALZADOS EN ARMAS; LEVANTO LA BLANCA BANDERA DE LA PAZ ANTE MIS COMPATRIOTAS DE TODOS LOS PARTIDOS Y DE LOS SIN PARTIDO, DE TODAS LAS REGIONES, DE TODAS LAS PROCEDENCIAS.
NO QUIERO QUE SE DERRAME UNA SOLA GOTA MÁS DE SANGRE DE NUESTROS SOLDADOS ABNEGADOS NI DE NUESTROS CAMPESINOS INOCENTES, NI DE LOS OBCECADOS, NI UNA GOTA MÁS DE SANGRE HERMANA. ¡NI UNA SOLA GOTA MÁS DE SANGRE COLOMBIANA”.
