Señor taxista:
Te quejas de la ilegalidad de Uber pero me cobras más de lo que marca el taxímetro.
Te quejas de la ilegalidad de Uber pero manipulas el taxímetro para que marque más de lo debido.
Te quejas de la ilegalidad de Uber pero devuelves billetes falsos.
Te quejas de la ilegalidad de Uber pero violas las normas de tránsito pasándote los semáforos en rojo y conduciendo de forma temeraria.
Te quejas de la ilegalidad de Uber pero te niegas a prestarme el servicio porque “yo por allá no voy”.
Te quejas de la ilegalidad de Uber pero en Navidad te inventas incrementos no autorizados.
Te quejas de la ilegalidad de Uber pero usas la violencia para atacar usuarios y conductores de la competencia.
Dices que Uber te quita tu trabajo, pero tu taxi está en malas condiciones.
Dices que Uber te quita tu trabajo, pero tu taxi huele mal.
Dices que Uber te quita tu trabajo, pero eres maleducado con tus pasajeros.
Por último señor taxista, si vas a exigir el cumplimiento de la ley, cúmplela tu también mientras mejoras tu pésimo servicio.
Posdata: No todos los conductores de taxi se comportan de esta manera, sin embargo, es tan reiterativa esta conducta, que nos obligaron a buscar otras opciones.