Los colombianos nunca hemos vivido en paz. El problema del narcotráfico, el paramilitarismo, las guerrillas, las BACRIM y la corrupción estatal han sido el pan de cada día de muchos, incluyéndome, así hemos vivido en un conflicto desde el día en el que nacimos. Muchos colombianos hemos tomado la batuta, pues hemos decidido de manera autónoma y consciente, salir a decir ¡BASTA!, a expresar lo que sentimos, con el peligro de que nos silencien, con el peligro de las consecuencias que 'salir del molde' pueda traer.
Es nuestro momento de actuar diferente, de que el joven estudiante o trabajador salga de lo que siempre se le ha enseñado, de que saque de su pensamiento frases que “gente con experiencia” le ha inculcado erróneamente toda la vida, tales como: "todas las personas son iguales", "esto nunca va a cambiar" o peor aún "el que no le encuentra la trampita a la vida, no es feliz". Y sí, esta es una invitación personal y colectiva, de muchachos como yo, que hemos logrado despertar, y extender una invitación para que la mediocridad que nos venden las redes sociales, los medios de comunicación, la televisión y los “ídolos” del entretenimiento dejen de incidir en nuestros pensamientos. ¡Pelaos! tal como diría nuestro recordado y querido Jaime Garzón: “Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvarlo. ¡Nadie!”. Esto es un llamado de emergencia, pues cada día que pasa este gobierno se parece más a una dictadura. Envenenan testigos claves, capturan a los que sacan a la luz los crímenes, los criminales nos gobiernan y los titiriteros de estas injusticias siguen en sus fincas, como terratenientes dándose la gran vida mientras que los trapos rojos de los más desfavorecidos se ondean a lo largo del territorio nacional.
En Colombia siempre hemos vivido entre las armas y los rumores de guerra, por eso me he tomado el atrevimiento de traer ante ustedes, el Decálogo de la buena manifestación. Antes de enseñarles este decálogo, quiero proponer ante todo que, seamos diferentes a los que nos dominan, que no paguemos mal con mal, que nos demos cuenta la mayoría de veces los que defienden los abusos en Colombia no son más que personas, que al igual que nosotros se ven afectados, pero que no han logrado ver la realidad de todo lo malo que ha sucedido, y que ellos necesitan setecientas veces más amor y comprensión que cualquiera de nosotros. No respondamos guerra con más guerra, hagamos que nuestra conciencia evolucione y hagamos que la de los demás despierte para que podamos emprender un camino en unidad, en el que nos reencontremos con nuestra identidad y con valores positivos que ayuden a edificar una mejor nación. Salir del sistema que nos ha dominado es abandonar las armas y emprender una lucha de pensamientos, suena utópico, pero es nuestro único camino.
Decálogo de la buena manifestación:
- Sal de tu casa dispuesto a cambiar las cosas (no seas sumiso, como tu tía la de las cadenas de WhatsApp).
- Paga bien con bien y mal con bien (no seas rencoroso, como los uribistas que destruyen procesos de paz).
- Siempre sal con dos o más personas y no olviden mantenerse comunicados, sé solidario y preocúpate por tus amigos (como el fiscal Barbosa se preocupa por su amigo Iván).
- Identifiquen a los infiltrados y entréguenlos sanos y salvos a las autoridades (enseñémosle a los paramilitares que es seguridad ciudadana).
- No entres en el juego de destrozar las propiedades de los que con mucho esfuerzo levantan sus negocios (no seas como el grupo AVAL).
- Recuerda que este es un esfuerzo colectivo, no individual, así que rota la información pertinente con responsabilidad (difunde conciencia y amor, no odio).
- Ama a los demás como a ti mismo (eso implica a los policías, esos que viven a lado de tu casa).
- Aprende cosas nuevas (enriquécete con la diversidad de pensamientos que ofrece nuestra sociedad y pon un eje a tu vida, el eje del amor y la tolerancia).
- Cuídate de los peligros de la fuerza pública y de las enfermedades (mantén distancia con los demás y usa siempre tus elementos de bioseguridad).
- NO PARES DE LUCHAR (tus hijos y tus nietos se sentirán orgullosos de ti).
Que Dios los bendiga y que la conciencia y el amor sean las banderas de las movilizaciones independientes y autónomas de nuestro país, y que no se inmiscuyan los intereses políticos y los intereses financieros.
