Están incluidos los personajes más encumbrados –presidentes, ministros, congresistas, gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, obispos, sacerdotes, militares, artistas, locutores, periodistas, deportistas, etc.– hasta aquellos habitantes de calle e incógnitos, a los que unió el cordón umbilical de la muerte como consecuencia de la terrible covid-19, que tuvo su primera víctima mortal oficial en Colombia un 16 de marzo de 2020.
Un año después, los fallecidos eran cerca de 60 mil y 2,5 millones los contagiados y desde entonces hasta el cierre de este artículo al cual pertenecen todas las cifras -primeros días de enero 2022-, Colombia sumaba 130.026 muertos y 5´181.173 contagiados por covid-19.
Colombia, que es el país número 28 con mayor población mundial, es entre 192 países el número 13 con más personas contagiadas y el 11 con más personas fallecidas, en este último acápite solo es superada por EEUU, Brasil, India, Rusia, México, Perú, Reino Unido, Indonesia, Italia e Irán.
De ellos, solo Perú tiene menos habitantes. Colombia ocupa el puesto 66 con más personas contagiadas por cada millón de habitantes con 104.891, cuando el indicador mundial es de 37.314, lo que significa que los números no favorecen su balance, máxime si tenemos en cuenta que la tasa de letalidad mundial es del 1,87 %, mientras la de Colombia se ubica en 2,50 %.
Desde el 7 de marzo de 2021 al cierre de este artículo, o sea, en solo nueve meses, Colombia más que duplicó los muertos y contagiados. Cabe recordar que Colombia fue el país número 47 en iniciar la vacunación, pero además en Europa y Estados Unidos ya están cruzando la cuarta ola de la enfermedad, a la cual Colombia está ingresando, lo que indica que el balance será aún más grave.
La estrategia del Gobierno de Iván Duque es un auténtico fracaso, pues la contención se inició con una cuarentena en marzo de 2020 que dejó 27 actividades económicas abiertas y en la segunda fase, en abril de ese año, ya eran más de 47; es decir, la población económicamente activa estaba por fuera de sus casas.
En lo económico y solidario es peor el balance: al sector financiero le entregó los recursos para que especulen con las tasas, subsidió las empresas de los potentes grupos económicos, pero a las pequeñas y medianas, a los productores nacionales y trabajadores les entregó migajas que no resuelven su sostenibilidad.
A los trabajadores los obligó a salir a rebuscarse con el dilema: “Me mata la pandemia o se muere mi familia de hambre”. Y a los de la salud, los declaró héroes, pero deja una legislación que permite que las EPS e IPS los exploten, mal pagos y ni siquiera les cancelan sus salarios.
Es deporte nacional salir a buscar los personajes dándose casos de inventarlos; muchos literalmente pagan para que los designen como los ejemplos a seguir por la sociedad; así encontramos personajillos de “pacotilla” cuya designación utilizan para torvos propósitos, ropaje con el cual manipulan, seducen y engañan.
Sin embargo, estas 130 mil víctimas mortales del covid-19 dieron una lucha sin cuartel por su supervivencia; sus historias son todas desgarradoras, nos dieron muchas enseñanzas de vida. ¡Deben ser exaltadas por la sociedad colombiana!
