Recientemente se ha abierto el debate sobre la función, orientación y deber ser de la televisión pública en Colombia. Los cuestionamientos, señalamientos y discusiones sobre Canal Capital requieren aclarar el papel de los medios públicos en la construcción de la sociedad, la democracia y la visibilización de la diversidad del país.
Por eso es necesario tener claras 10 actitudes preocupantes que de continuar llevarían a su fin a la pantalla pública regional. Un peligroso desenlace que condenaría a los colombianos a no encontrar espacios ajenos a los medios de comunicación que corresponden a intereses comerciales.
1. Criticarla sin verla: Es irresponsable, más aún cuando se tiene gran influencia en la opinión pública, criticar y atacar las formas de televisión regional sin haberlas visto. No se puede aportar a un debate a partir del desconocimiento.
2. Exigirle ganancias: El punto de partida de la diferenciación entre la televisión pública y privada es la percepción sobre sus televidentes. La generación de ganancias producto de los compromisos comerciales hace de la televisión privada una empresa con clientes/televidentes. Las ganancias de la televisión pública son sociales y se deben cuantificar en la construcción de ciudadanía.
3. Compararla con la televisión privada: Luego de tener claridad sobre cuáles deben ser las "utilidades" de la Tv. Pública, es necesario no caer en lugares comunes al compararla con la Tv. Privada, mucho menos querer que se le parezca. La pauta hace que, entre la una y la otra, la diferencia en los presupuestos para la realización de contenidos sea abismal.
4. Condenarla a la mediocridad: Así como no se debe equiparar su función y contenido con la privada, a la Tv. Pública no puede prohibírsele tener periodistas de renombre, contenidos innovadores o productos de altísima calidad. En parrilla de programación, transmisiones y calidad de emisión su señal debe convertirse en alternativa de información, opinión, educación y entretenimiento.
5. Pedirle mostrar al ya visible: La televisión pública no debe caer en el lugar común, propio de los privados, de ser pantalla de promoción y comercialización de personalidades. Por el contrario su labor social debe estar en la visibilización de minorías, comunidades, poblaciones y todo aquel que no tiene espacio o ha sido invisible para la televisión comercial.
6. Encasillarla en la región: A la televisión pública no pueden ponersele fronteras y si bien su actuar está asociado a una región geográfica, la universalización de sus proyectos y contenidos permite su fortalecimiento. Hacer parte de procesos colectivos, nacionales o internacionales, de construcción de agendas informativas, sociales o culturales aportan a la diversificación de la pantalla.
7. Impedirle visibilizar una gestión: Si bien la televisión pública no debe ser caballo de Troya de una administración. Es importante entender que el ciudadano encuentra en la Tv. Regional la información que los privados no consideran relevante o no se sirven a mostrar.
El desarrollo de un plan de gobierno no puede ser obviado de la televisión que informa al telespectador. La Tv. Pública debe ser un canal directo de comunicación del ciudadano/campesino con su ciudad/territorio.
8. Invisibilizarla sistemáticamente: La sociedad y en especial los líderes de opinión no pueden desconocer o invisibilizar a la televisión pública. La no difusión de sus contenidos o la indiferencia colectiva pueden derivar en el desconocimiento y/o discriminación de los grupos sociales, minorías, comunidades y demás sectores que allí se expresan.
9. Privarla de análisis: La televisión pública no puede estancarse en el cubrimiento de noticias y producción de programas ajenos a la coyuntura. Es por eso que el debate es indispensable en la televisión que, sin ataduras comerciales, interpreta la actualidad y aporta elementos de análisis a los televidentes.
El análisis de los grandes temas del país no puede ser privilegio de los medios privados. Por eso es obligación de la Tv. Pública abrir discusiones que aporten a las principales coyunturas del país como la paz, las víctimas, la inclusión. la reconciliación y un eventual posconflicto.
10. Estigmatizarla: El más grave error, que de continuar acabaría con la Tv Pública y, más delicado aún, que ha terminado con la vida de miles de colombianos, es estigmatizar a los medios públicos y los periodistas. Atreverse, sin pruebas, a ponerle un adjetivo de "terrorista" a un medio de comunicación es tan preocupante como la indiferencia de los colegas.
Estigmatizar o fijar ataques frecuentes e infundados contra un medio de comunicación es validar todas las formas de violencia, censura y violación de la libertad de expresión.
Por: @juansebarrero
