En este artículo quiero escribir sobre la experiencia de lo que significó el suplemento literario de Vanguardia Liberal en Santander. El magazín Vanguardia & Cultura de Vanguardia Liberal tuvo varias épocas y etapas en su fructífera y valiosa existencia por la divulgación y reconocimiento de la cultura en Santander.
Desde 1923 numerosos escritores santandereanos han dirigido las páginas literarias de Vanguardia Liberal y han sido sus colaboradores. Las primeras páginas literarias fueron dirigidas por los escritores santandereanos David Martínez Collazos y Jaime Barrera Parra que las dirigieron durante tres años. Entre 1933 y 1934 estuvieron bajo la dirección del poeta y periodista santandereano Tomás Vargas Osorio y posteriormente bajo la dirección del escritor santandereano Jaime Ardila Casamitjana. Fueron dirigidas también por el escritor santandereano Ernesto Camargo Martínez entre 1952 y 1961. Gilberto Hernández también las tuvo a su cargo, y a ocho páginas, tamaño tabloide, a dos tintas, en otra etapa, surgieron bajo la dirección del académico Ricardo Serpa Cuesto en 1968, con el nombre de “Vanguardia Dominical”.
En la década de los años setenta en una edición aumentada, a doce páginas, estuvieron bajo la dirección del escritor y gestor cultural tolimense Jorge Valderrama Restrepo en codirección con el poeta santandereano Eugenio Pinto Barajas. Claudia Eslava Galvis lo dirigió entre 1973 y 1975.
En 1976 nuevamente asume su dirección Jorge Valderrama Restrepo que le da una proyección nacional por la colaboración de muchos escritores colombianos y latinoamericanos en sus páginas, como Nicolás Suescún, Darío Jaramillo Agudelo, Juan Gustavo Cobo Borda, Henry Luque Muñoz, Gabriel García Márquez, Elkin Restrepo, Mario Benedetti, Umberto Valverde, RH Moreno Durán, Roberto Montes Mathien, Roberto Burgos Cantor, José Ramón Mercado, Policarpo Varón, Darío Ruiz Gómez, Carmiña Navia Velasco, Oscar Collazos, Ernesto Volkenig, Jesús Zarate Moreno, Rosalina Barón Wilches, Jaime Mejia Duque, Helcias Martán Góngora, Mario Rivero, Haroldo Conti, Giovanni Quessep, Nelson Osorio Marín, Eduardo Gómez, Carlos Perozzo, Guillermo Alberto Arévalo, Isaías Peña Gutiérrez, José Pubén, Juan Manuel Roca, Gustavo Álvarez Gardeazabal, etc… y la publicación de textos de escritores, poetas e intelectuales de todas las latitudes como Jorge Luís Borges, Antonio Skarmeta, Martín Heiddeger, Pier Paolo Pasolini, Francois Mauriac, Roberto Sosa, Washington Delgado, Augusto Monterroso, Pablo Neruda, Roberto Fernández Retamar, Jorge Ibarguengoitia, Roque Daltón, Julio Cortázar, Francisco Garzón Céspedes, Sergio Ramírez, Ernesto Sábato, Augusto Roa Bastos, Martha Canfield, Ángel Rama, Pedro Shimose, José Lezama Lima, Eliseo Verón, Reinaldo Arenas, Juan Gelman, Jean Paul Sartre, José Donoso, Mario Vargas Llosa, Raquel Jodorowsky, Samuel Beckett, Jean Francois Revel, Jean Dubuffet, Rosana Rosanda, Noan Chomsky, Louis Altusser, Mario de Oliveira, Georges Lukcas, Pierre Bordieu, Herbert Marcuse etc, gracias a la corresponsalía desde España y países latinoamericanos, y desde Francia de Jean Michel Jossey con entrevistas a escritores y pensadores contemporáneos de la época.
En 1979 asume su dirección el escritor y médico Miguel Ángel Pérez en codirección con el ingeniero y librero Luís Álvaro Mejía. El médico Donaldo Ortiz Latorre también fue su director, y desde 1985, en una nueva etapa, estuvo bajo la renovada dirección de Clara Inés Blanco de Galvis, con la colaboración de numerosos coordinadores que en los últimos años han tenido escuela de formación periodística cultural.
La literatura, las artes plásticas, las artes escénicas, la filosofía, la ciencia, la historia, la política etc, entre la reseña de libros, cine, arte, concursos literarios etc y la agenda cultural de la programación local, metropolitana, regional y nacional fue durante décadas una apuesta por la cultura, el pensamiento y la historia regional en la mejor tradición y actividad del periodismo cultural en Colombia.
El suplemento Vanguardia & Cultura ha sido, como lo señaló el escritor e historiador santandereano Antonio Cacua Prada, en su libro Periodismo Santandereano (Gobernación de Santander, 2000), una ventana abierta para todas las manifestaciones artísticas en la que se han hecho conocer los nuevos valores intelectuales santandereanos.
Con nostalgia también recordamos la extraordinaria labor que desempeñó El Magazin Dominical de El Espectador en el ámbito nacional. En su primera etapa, el Magazín Dominical fue orientado por Fernando Cano Busquets y Carlos Duque, con la coordinación del periodista Guillermo González Uribe. El diseño estuvo a cargo de Alfonso Cano Busquets. Posteriormente, entró a dirigirlo Marisol Cano Busquets y su principal aliado en esta tarea, aunque no fue el único, fue el poeta y escritor Juan Manuel Roca. El Magazín Dominical en su nuevo formato tuvo un éxito total y aún circulan las ediciones completas de este recordado producto de las nuevas generaciones [1].
En efecto, el suplemento era uno de los magazines más prestigiosos en Colombia que se mantuvo en un periódico regional como Vanguardia Liberal y que cada sábado (antes circulaba los domingos) era una invitación a la lectura y al conocimiento de creadores, artistas, escritores, etc, en fin, trabajadores de la cultura, junto con analistas de nuestra realidad política, económica, social y cultural a nivel nacional y regional. La crítica cultural y política ha tenido también su espacio en sus páginas dentro de la perspectiva de la tolerancia y el respeto por la diferencia. No obstante la circulación del suplemento los días sábados rompió una tradición en Santander y era la de encontrarlo en los días del descanso dominical en tanto que por tradición cultural, como las gentes que van a misa los domingos, se compra más el periódico, lo que posiblemente redujo sus lectores.
Desde los inicios del periodismo en Santander en el siglo XIX en la Villa de San José de Cúcuta en 1821, el periodismo cultural ha tenido sus órganos de difusión de la cultura, muchos de ellos dedicados a ser un periódico de “ciencia, arte y literatura,” como los creados durante el período del Estado Soberano de Santander y en los comienzos del siglo XX, sin embargo esta tradición de creación de periódicos y revistas literarias se ha perdido lamentablemente en Santander, tal vez por los altos costos de edición o por la carencia de espíritu intelectual de las nuevas generaciones; revistas literarias y periódicos como El Tabor, El Repertorio, El Parnaso, El Rumor, El Sinapismo, Índice, Lea, La Idea, Tierra Nativa, Lecturas, Motivos, Aurora, Revista Santandereana, Pipatón, Vida y Arte, Intenciones, Stadium, El Gran Burundú-Burundá etc están registrados en la historia del periodismo cultural santandereano y aunque muchos fueron de efímera existencia, señala el espíritu intelectual de la época, que es el mismo espíritu que conservó durante casi cuatro décadas el suplemento Vanguardia & Cultura, la única publicación de carácter cultural y literario en un periódico en Santander que permaneció publicandose. Desde que Bucaramanga era un sitio miserable compuesto por cuatro ranchos de indios alrededor de una laguna, cuya cuenca existía sembrada de quinea [2] como lo señaló Manuel Ancizar en el siglo antepasado, la cultura no ha sido su mayor fuerte, a pesar de la creación de universidades e instituciones culturales, por eso fue significativa la permanencia de este suplemento para la cultura en Santander.
Escritores, poetas y periodistas como Nepomuceno Navarro en la ciudad Santa Cruz de San Gil, Adriano Paéz en el municipio del Socorro, Benigno Parra, Rodolfo Berti, Carlos Jácome y Domingo Díaz en la ciudad de San José de Cúcuta, Ismael Enrique Arciniegas y Carlos Arturo Torres en la ciudad de Bucaramanga, Jorge Wilson y Marco Aurelio Serrano, Carlos Torres Durán, Jaime Barrera Parra y Luís Ardila Gómez, Carlos Manuel Otero, José Maria Salazar Álvarez, Arturo Reyes Arguello, Jaime Ardila Casamitjana, Alicia Harker de Carreño, José Antonio Escandón, Guillermo Reyes Jurado, Manual Enrique Puyana, El Grupo de Trabajadores de la Cultura Jorge Zalamea, Gustavo Gómez Mejia en la ciudad de Barrancabermeja, etc impulsaron y dieron vida a finales del siglo XIX y comienzos y mediados del siglo XX a publicaciones culturales y literarias en Santander, aunque con perplejidad registramos que desde la perspectiva histórica la creación de periódicos y revistas literarias o culturales en las universidades ha sido prácticamente inexistente, tal vez porque la tradición universitaria en Santander es todavía muy reciente, pero sin embargo no deja de ser sintomático.
En Santander entre las publicaciones novedosas de divulgación y/o agenda cultural, con 54 entregas en siete años, en Bucaramanga y que se fija en carteleras de bibliotecas, universidades etc, apareció El Cartel, cultura en movimiento, que dirigió Alfonso Becerra. Hoy en día permanece en su formato virtual a través de las redes sociales. El periodismo como expresión de la cultura también ha contribuido a crearla, preservarla, difundirla y fomentarla en tanto que “hoy se entiende como cultura la comunicación y el comunicar” [3]. El periodismo moderno en consecuencia está llamado a hacer de la cultura también una noticia.
De otra parte, de los numerosos periódicos que existieron en Santander como La Unión Republicana, El Eco de Santander, Correo del Norte, La Patria, Correo del Oriente, La Defensa, La Metralla, El Heraldo, El Deber, El Expreso, El Diario de Santander etc demuestra el carácter prolífico que tuvo el ejercicio del periodismo en el departamento, una tradición periodística perdida a la que lo sobrevive sus dos únicos diarios en la capital, no obstante, circulan pequeños periódicos y revistas locales y regionales donde la actividad política regional es de su interés y donde los temas de la cultura parecen no interesar, fenómeno que dice mucho en tanto los temas de cultura política se reducen al proselitismo político.
Una característica de los periódicos desaparecidos de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, como se señalaba en su cabezote, era el contenido de “política, literatura y variedades” lo que hace deducir que en ese entonces había una clase política más ilustrada que también contribuyó a que existieran muchas revistas con contenidos culturales o literarios, y hasta fundaron en Bucaramanga en 1942, un “Órgano de Propaganda Democrática al servicio de la causa aliada. Fundado por el Comité Anti-Nazi,” como enunciaba su cabezote, Boletín Anti-Nazi, dirigido por Luis Alberto Vargas, Francisco Harker y Manuel Ortiz, y el Noticiero Aliado en 1944, dirigido por Francisco Harker.
En Colombia, escritores, poetas o periodistas culturales son los que más han creado revistas literarias como Baldomero Sanín Cano y su Revista Contemporánea, Germán Arciniegas y la revista Universidad y Correo de los Andes, Eco, dirigida por Hernando Valencia Goelkel, Juan Gustavo Cobo Borda y Ernesto Volkening, Enrique Uribe White y su revista Pan, Voces de Ramón Vinyes, Jorge Gaitán Durán y su revista Mito, y entre las que permanecen, Mario Rivero y su revista Golpes de Dados, Andrés Hoyos Restrepo y El Malpensante, Moisés Melo y Piedepágina, Milciades Arévalo y su revista Puesto de Combate, Harold Alvarado Tenorio y su revista Arquitrave, Guillermo González y la revista Número etc. En América Latina fueron célebres las revistas Sur, Orígenes, Marcha, Vuelta, Plural, Cuadernos Americanos y Casa de las Américas, que todavía permanece. La influencia de las revistas literarias en la cultura ha sido enriquecedora y la expresión más notable del periodismo cultural.
En los años de existencia del suplemento la actividad cultural y artística ha sido registrada y se ha abierto a las expresiones artísticas y culturales y del pensamiento de la modernidad en todos sus ámbitos y áreas del conocimiento, que la cultura en Santander ha tenido su espacio más visible en el que se ha reconocido e identificado la ciudad y la región, se ha construido ciudad desde la cultura; en la reflexión, la información, la creación y la reseña periodística cultural.
En un país de suplementos y publicaciones literarias efímeras, las más de tres décadas de permanencia de este suplemento con 1778 entregas (que sería interesante hacer ya una antología con los mejores textos entre artículos, ensayos, entrevistas, entre otras como memoria histórica) fue una labor meritoria en la historia de los magazines literarios en Colombia, que se hace necesario merecidamente hacer este reconocimiento público a los propietarios del periódico por mantenerlo vivo y a su directora por su proyección y vigencia en su época. Sean estas líneas como un homenaje de reconocimiento por la importante y extraordinaria gestión por la cultura regional que durante décadas realizó el suplemento Vanguardia & Cultura en su acertada contribución a la creación de identidad cultural en Santander [4]. En la actualidad las redes sociales han sustituido estos órganos informativos de la cultura, pero también cabe señalar que virtualmente aparecen y desaparecen periódicos y revistas con mucha frecuencia en la web.
Referencias
2.Citado por Libardo León, Bucaramanga en vísperas de dos siglos. Contraloría General de la República, 1984, Pág, 42.
3.Ana María Maza. El mirar nuestro tiempo. En Tablero, Revista del Convenio Andrés Bello. Bogotá, 1992 N°43, Pág, 82.
4.Lamentablemente este suplemento, como muchos en el país, han desaparecido de su edición dominical.