Oneida Pinto entró a la gobernación de la Guajira con un pie afuera y en medio de serios cuestionamientos, por su cercanía con la ilegalidad en el departamento y con el detenido exgobernador Juan Francisco "Kiko" Gómez, también de Cambio Radical. Desde el día de su posesión, el Consejo de Estado aceptó una demanda que pedía anular su elección por haber violado el régimen de inhabilidades. Su abogado Abelardo De La Espriella se movió rápido y consiguió que se pudiera posesionar, pero el proceso siguió su curso y derivó en un fallo de la Sección Quinta del Consejo de Estado que le ordena abandonar el cargo.
Los argumentos de la decisión se basan en que Pinto fue elegida como alcaldesa del municipio de Albania en el año 2011, cargo al que renunció el 21 de julio de 2015, razón por la cual no cumplió con los términos que exige la ley (12 meses) para poder aspirar nuevamente a un cargo de elección popular. Con su salida, sus detractores en La Guajira, el Presidente de La Cámara Alfredo Deluque y el Presidente Santos, tienen vía libre para escoger un "gerente para La Guajira", una suerte de gobierno de facto que administre los recursos que el Gobierno Nacional planea invertir para enfrentar la crisis en el departamento. La puja por el cargo es entre Cambio Radical –lease: vicepresidente Germán Vargas– y el alcalde barranquillero Alex Char, quienes apoyaron su elección y, del otro lado, Alfredo Deluque de La U, quien tiene sus propios intereses en La Guajira.
