Joaquín Fábrega Pérez y sus dos hijos, Joaquín Simón Fábrega Garre y Rosa María Fábrega Garre, son una familia española reconocida en la alta sociedad madrileña como propietaria de la empresa Fagar, dedicada a la construcción de obras públicas en Latinoamérica. La misma que en Colombia ha dejado a miles de infantes sin pupitre, debido al abandono del contrato de obra pública que tenía por objeto la construcción del Colegio Alianza Quiroga perteneciente a la localidad Uribe Uribe, en el que ya deberían estar estudiando niños de los barrios los Mártires, Ciudad Bolívar, Bosa, Fontibón y Engativá.
Esta familia que patrocina torneos de Golf en los más importantes clubes sociales de España, cuyos integrantes han sido galardonados y homenajeados por las autoridades de Murcia y Valencia, en Colombia dejaron colgados contratos por varios miles de millones de pesos.
El monto del contrato del Colegio Quiroga era de 13 mil millones de pesos, la familia Fábrega recibió el anticipo y no volvió a aparecer. El contrato del colegio la Magdalena está por 19 mil millones y el del Colegio las Américas por más de 14 mil. El incumplimiento de los mismos se convierte en una bola de nieve que terminaría con la caducidad de otros tres contratos: El del Jardín Infantil de San Cristóbal, Jardín Infantil Aldemar Rojas y el del Jardín Infantil Evangelista Gómez.
La educación pública en el sur de Bogotá está a punto de colapsar por cuenta de la nobleza española, y ni la embajada de España, ni las agremiaciones de industriales europeos, ni aquí en Colombia el Ministerio de Educación, da razón del por qué se le entregaron tan grandes obras a una empresa familiar, que ya había usurpado las arcas nacionales panameñas en donde el año pasado dejaron a 2600 estudiantes recibiendo clases en parqueaderos, parques y pasillos de edificios, pues incumplieron con las obras educativas más importantes del municipio de Betania, ubicado en Ciudad de Panamá.
Los Fábregas, en lo fáctico se han convertido en defraudadores internacionales, han venido operando de la misma forma en varios países de Latinoamérica, varias fuentes afirman que no sólo no ejecutan las obras, sino que tras la adjudicación de las mismas, se dedican a pedir miles de millones de pesos prestados, otorgando como garantía precisamente los contratos que tienen pensado de antemano incumplir.
Las mismas fuentes cuentan que los Fábrega nombran como representantes legales a muchachos jóvenes e inexpertos a quienes manipulan fácilmente. A través de ellos, entran en contacto con importantes políticos y figuras públicas, participan en los procesos contractuales y constituyen fiducias a las cuales, supuestamente, habrán de llegar los anticipos.
Edificadas las fiducias, la familia Fábrega liderada por Joaquín padre, se dedica a desviar los flujos a otras fiducias constituidas por ellos de antemano, que les permiten disponer de los montos millonarios para trasladarlos a sus cuentas en España.
El papá y la hija, Rosa María Fábrega, operan en Europa recibiendo e introduciendo los recursos en el sector inmobiliario y financiero español, es decir, colocando la plata que viene de este tipo de desfalcos y estafas en los países sudamericanos, y el hijo Joaquín Simón Fábrega Garre, es quien se centra en Latinoamérica, encargado de relacionarse con los políticos y firmar los pagarés con los que instrumentalizan estos delitos.
A la fecha aquí en Colombia, la única que ha obrado con celeridad y prontitud ha sido la Fiscalía General de la Nación que en menos de un mes abrió el proceso, los allanó, logró el decomiso de varios computadores de la empresa y está en espera de recepcionar la declaración del representante legal, un joven ingeniero que tiene grabaciones y mucha información documental, que pidió acogerse al principio de oportunidad y está pidiendo protección del Estado. A los Fábrega la Fiscalía ya los ha citado en dos ocasiones pero no han acudido a las citas judiciales, todo indica que de seguir incumpliendo los requerimientos de sus procesos se iniciaría el trámite de extradición a través de la Interpol.
Los afectados dan cuenta que por estos días Rosa María Fábrega anda preocupada por la colección de verano y tanto Joaquín Fábrega padre como Joaquín Fábrega hijo, continúan en Madrid jugando golf y amilanando el calor con un rosé helado. Los niños en el Quiroga no entienden lo que es un contrato estatal ni una fiducia, y al paso que va, jamás habrán de entenderlo.