El 16 de mayo del 2015 una multitud en la plaza Al Yaradeq arengaba a dos niños para que apedrearan hasta matar a una pareja de adúlteros. En la provincia de Deir al Zur, como la gran mayoría de Siria, Isis ha impuesto su crueldad medieval. Desde los cinco años, en las escuelas que han difuminado por todo el país, Isis enseña a los niños a disparar, a decapitar, a obedecer una sangrienta y errada interpretación del Islam. Por eso los dos muchachos no temblaron al tomar las piedras y tirarlas sobre las cabezas de los adúlteros hasta hacerlas estallar.
La última incursión de los niños suicidas ocurrió el sábado en la noche en Gaziantep, Turquía cuando un joven menor de 12 años entró a una casa mientras se celebraba una Henna, una tradición prenupcial kurda a la que asisten, sobre todo, niños y mujeres, y se hizo estallar los explosivos que tenía debajo de la camisa. Murieron 50 personas. La más joven tenía ocho meses, la más vieja 38 personas.
Unas horas después en Kirkuk, Irak, un adolescente de 14 años que paseaba despreocupadamente por la plaza central de la ciudad. La policía iraquí lo detuvo y le quitó la camiseta del Barcelona que vestía con orgullo. Debajo de ella tenía un corsé repleto de explosivos que pensaba hacer estallar en una iglesia chiita de la ciudad. Era uno más de los niños de Isis.
El año pasado 89 niños entre los 8 y los 15 años fueron declarados mártires por el estado islámico. El 39 por ciento murieron mientras hacían detonar coches bomba, el 33 por ciento sucumbieron en combates, el 6 por ciento en acciones de propaganda, el 4 por ciento inmolándose ante grandes multitudes y el 18 por ciento murieron como Inghuimasis (Nombre con el que se conoce a los terroristas que participan en ataques disparando al enemigo antes de inmolarse utilizando cinturones explosivos)
Por su tamaño e inocencia los niños son perfectos para pasar como espías o ejecutores de ataques suicidas. A diferencia de los adultos los menores son mas feroces y no tienen miedo de morir. Parte de la educación terrorista de estos “Cachorros del Califato” como son llamados por los propios integrantes de Isis,consiste en ver como son aplastados por tanques de guerra sus enemigos, decapitar infieles o desocupar un proveedor de kalashnikov en el cuerpo de un infiel.
El año pasado 200 niños sirios que habían sido reclutados a la fuerza en la provincia de Al Qada fueron ejecutados por Isis al intentar destapar. Dicen que los drogan y les hace un implacable lavado cerebral para fanatizarlos. La práctica de usar menores como kamikazes es cada vez más habitual en países como Nigeria en donde son adiestrados por los yihadistas de Boko-Haram, en Irak y en tres ciudades de Siria dominadas por Isis: Al Hasaka, Al Raqa y Alepo en donde hay cerca de 30 mil mujeres controladas por el Estado Islámico para dar más Cachorros del califato que defiendan la cruzada de Isis contra occidente.
