La Guajira 50 años: antología del hambre

La Guajira 50 años: antología del hambre

"Hace 50 años el Cerrejón prometía ser una reivindicación económica y social"

Por: Angel Roys Mejia
mayo 25, 2015
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La Guajira 50 años: antología del hambre
Foto: tomada de wradio.com.co

“Hace 50 años el Cerrejón prometía ser la reivindicación económica y social de La Guajira, el proyecto de Represa de la Ranchería, la solución para el agro y el impulso para generación hidroeléctrica. Hace 50 años las salinas de Manaure era una industria con proyección exportable; 50 años después seguimos ilusionados con los mismos proyectos.”

Por estas fechas anualmente se conmemora cada 1 de julio el cumpleaños de La Guajira, luego que en el año de 1965 se elevara a la categoría de Departamento, y se enarbolan los propósitos que hablan de mejores indicadores de desarrollo, se exponen las tesis vocacionales y de progreso de la región, especialmente cuando coincide con el inicio de gobiernos, y la ya institucional serenata convoca a guajiros de todas las pelambres en una fiesta más para la novia desagraviada.

Obrando en condición de testigo de la historia la siguiente antología compilada de diversos escritos y textos de historia sobre el devenir histórico de las 5 décadas vividas estrenando la condición de departamento aportan un saldo rojo a varias generaciones de profesionales y dirigentes.

Además de las consultas a periódicos de la época y escritos sobre la región, existe un texto que aporta información relevante sobre el paso histórico de Intendencia a Departamento y es el emanado de los anales del Congreso de La Republica del año 1965 y reeditado por el gobierno departamental titulado “La Guajira ante el Congreso de Colombia” Historia de un proceso de autoría de José Ignacio Vives Echeverria, conocido como el padre del departamento.

Las glosas confirman con perplejidad que la mayoría de macro proyectos que han hecho parte de los discursos y promesas de los dirigentes guajiros y regionales que han liderado la suerte del departamento en este medio siglo hicieron parte de la exposición de motivos y la aguerrida sustentación de Nacho Vives y demás ponentes de la ley de creación del departamento. El Cerrejon, La represa del Ranchería, las Salinas de Manaure, el comercio con el Caribe y Venezuela y otras iniciativas más concretas estuvieron en el verbo fogoso de Vives y otros para persuadir un Congreso regionalizado y a un gobierno centralista y godo inmerso en el Frente Nacional.

Primera glosa: Tomada de la intervención del Senador Iván López Botero en la ponencia para Primer Debate el 26 de septiembre de 1962. “Los siete municipios de la actual intendencia de La Guajira todos tienen acueducto nuevo, luz eléctrica propia y eficaz, buenas instalaciones para el gobierno municipal, locales modernos y confortables para puestos de salud y escuelas.”

Refiriéndose a las potencialidades de lo que sería el nuevo departamento en su exposición el Senador sigue afirmando lo siguiente, “Ganadería prospera, localizada en Villanueva, San Juan, Fonseca, Barrancas y Riohacha; agricultura, excelente ubicada en los mismos municipios (café, algodón, maíz, arroz, banano), pesca abundante y rica, en las costas de Riohacha y Uribia; Minas de sal marítima en Manaure, que son las más ricas del país, actualmente explotadas por el Banco de La Republica; Minas de carbón Mineral del Cerrejón, una de las más ricas de Colombia, para cuya explotación hay una gran oferta de una firma alemana…”

Segunda glosa: Desprendida de la misma intervención. “El diario El Siglo de Bogotá, en página editorial en su edición de fecha de 21 de septiembre…ha dicho con mucha razón: “el de La Guajira podrá resultar un caso más urgente que los de Choco y el Meta. Los colombianos saben que la península, de infinitas posibilidades en todo sentido, se ha venido venezolanizando entre otras cosas por el abandono en que Colombia siempre la tuvo inexplicablemente. Los guajiros, de suyo nómadas, pasan la frontera y se quedan en Venezuela, donde si encuentran Patria”.

Tercera glosa: En una profusa ponencia para primer debate en la Cámara, el Representante Urbano Rodríguez Muñoz para connotar las perspectivas del nuevo departamento, indicaba lo siguiente: “Salinas marítimas…El embarcadero permitirá la exportación de varios millones de sacos que aumentara apreciablemente la participación de la Intendencia y poner en plena explotación la mayoría de las nombradas salinas, creando así, además, una fuente de divisas muy importante para el país.”

Sobre distritos de riego el Representante Rodríguez anotó lo siguiente: “De acuerdo con recientes estudios realizados según contrato celebrado por una prestigiosa firma de ingenieros, Hidroestudios Ltda. Con el Instituto de Aprovechamiento de Aguas y Fomento Eléctrico, se comprueba que utilizando las aguas del rio Ranchería es posible construir dos represas…con capacidad para irrigar 22 mil has…La irrigación, a no dudarlo, sería la verdadera redención del pueblo guajiro y convertiría a esa sección del país en un centro de producción de riquezas, que por su vecindad con Venezuela, Aruba y Curazao, ofrece económicos medios de transporte para la exportación de los productos.”

Cuarta glosa: En sendos debates, esta vez en el Senado, el dirigente Julián Uribe Cadavid anotaba en su ponencia que “Los principales problemas (en salud pública) se refieren a la carencia de educación sanitaria, el deficiente saneamiento de las aguas, a la desnutrición de la población indígena, a la carencia de protección sanitaria educacional, a la falta de médicos y enfermeras, y al gran incremento del alcoholismo”.

Como se puede apreciar hasta aquí ha habido muy poco cambio en cómo se veía La Guajira entonces, que como se ve ahora cuando solo desde el 2001 por cuenta de transferencias del Sistema General de Participaciones se le han girado a la región cerca de 5 billones de pesos para educación, salud, agua potable y otros sectores y de regalías en los últimos 25 años han ingresado $1.461 millones de dólares, este último dato tomado de la Revista Económica Supuestos de la Facultad de economía de la Universidad de los Andes. Todo indica que el problema, por decirlo menos, no ha sido de plata.

Hoy es evidente que La Guajira con respecto a la situación señalada por las ponencias que motivaron su trasformación en departamento hace 50 años, ha venido experimentando más bien un retroceso dado que en la actualidad ningún municipio goza de agua potable y permanente.

Sobre el caso particular de la Represa del Ranchería la vulneración de derechos de comunidades del área de influencia del proyecto así como el detrimento patrimonial que hoy causa su mantenimiento mientras se proveen los recursos para su culminación representan gran frustración para la región. Al respecto un análisis publicado por el Cinep denominado Represa del río Ranchería: falsas promesas de desarrollo indica lo siguiente “Sin embargo, además de la vulneración de los derechos territoriales y la autonomía de los pueblos indígenas de la Sierra, hasta la fecha, la construcción y posterior llenado de la represa no han contribuido para que La Guajira deje de ser uno de los departamentos con mayores índices de pobreza, necesidades básicas insatisfechas y de analfabetismo, así como de menor eficiencia en el gasto público” (DNP, 2010:38).

Desde Vives hasta esta parte es difícil contradecir al compositor vallenato Amilkar Calderón cuando sentencia en el tema Volví a Llorar “que al Guajiro hasta la muerte le llega tarde” tan tarde que el senador samario protagonista de esta gesta parece haber escrito en molde los argumentos de su defensa para que sigan siendo bandera de una reivindicación que lo único que promete es también llegar tarde…

Colofón: “Por último, aquí en Bogotá la gente cuando oye hablar de La Guajiras se imagina al “guayuco”, la “manta” y la “sandalia”. Piensan enseguida en la Alta Guajira, juzgando al “todo” por lo que apenas es una parte. Recuerdan la Ranchería paupérrima, las estepas secas, la vegetación estéril, los molinos buscando el agua que no encuentran fácilmente. En una palabra, cuando se habla de La Guajira, aquí las gentes no se acuerdan de la riqueza agropecuaria de la provincia y de Dibulla, ni del rico comercio de Maicao, ni de las minas de yeso, de sal y del carbón. Las gentes piensan automáticamente en el subdesarrollo de La Guajira.”

Editorial de José Ignacio Vives Echeverria en el periódico “El Imparcial Guajiro” titulado “El Departamento de La Guajira” que circulo el 22 de agosto de 1964.

*Angel Roys Mejia – Periodista especialista en gestión pública

@Riohachaposible

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