La educación ha sufrido grandes cambios a lo largo de la historia, la llegada de la digitalización del conocimiento agudizado aun más las transformaciones en el hombre. Se han replanteo las pautas de aprendizaje que se implementaban con la necesaria ayuda del libro, herramienta que contenía los saberes pero que en la actualidad se utilizan por unas pocas personas que se niegan a entrar en el mundo de la tecnología.
El paso de una página a otra se deteriora para recibir con los brazos abiertos por miles de personas la moderna forma de leer que va en dirección vertical dirigida por un clic. Los sofisticados instrumentos digitales para leer aceleran un proceso fuera de contexto de los saberes. El libro se encontraba como el núcleo central del conocimiento y que al igual que el maestro ha perdido la centralización en la transmisión de información.
El acceso a la información es un término que no tiene ninguna dificultad para las recientes generaciones, la facilidad en la búsqueda de enseñanza en forma virtual es el mayor problema que están expuestos los seres humanos. El docente en las escuelas juega una contrarreloj con las oxidadas metodologías que pierden valides para el estudiante que pone en práctica un aprendizaje fugaz que está al alcance por el medio digital sin ningún tipo de razonamiento de lo que la red le ofrece.
El valor de aprender se descentralizo de la escuela, colegio o universidad. En la modernidad donde la sociedad no tiene tiempo para el conocimiento, adquirir información sin confirmar se convirtió en el pan de cada día sin importar el contexto o la procedencia. Lo que se lee en internet es replicado sin la investigación necesaria para poder confirmarla.
La sociedad actual llamada civilizada padece una locura digital, sin una previa enseñanza para el uso adecuado de estas tecnologías que implementaron un comportamiento caótico en la vida del hombre. La educación pierde cada día la lucha contra esta maquinaria virtual que no le interesa el desarrollo social sino la búsqueda de la distracción de las personas.
Nos enfrentamos a un problema silencioso que nos envuelve en la cotidianidad sin percatar los alcances negativos para el crecimiento personal y social que necesita un pueblo. El inadecuado uso de importantes creaciones como lo es el hipertexto donde el lector pierde la secuencia lógica en la búsqueda de una determinada información.
Otro gran problema es el auge de la imagen que quiere reemplazar la escritura con el simple capricho de una creatividad sin profundidad, que solo acapara atención y agudiza la dificultad de la rapidez en el proceso de información y enseñanza sin comprensión. Para la modernidad no es necesario razonar solo quiere regir unos patrones de comportamiento para la sociedad.
El hombre se transforma de un personaje activo, dinámico y carismático para su entorno en un ser sosegado y solitario con la compañía de seres inactivos que reflejan de manera intangible el mundo real. Cada vez perdemos en la cultura social nuestra mayor cualidad, el lenguaje oral, se prefiere dialogar por medio de teclados que mirar a los ojos al receptor y obtener una verdadera retroalimentación.
Las tradiciones orales que se transmiten de generación en generación han perdido el valor cultural para las sociedades actuales, la transculturación se presenta en comunidades débiles que olvidan sus tradiciones y ritos para implementar acciones que no han tenido una preparación o uso para el correcto manejo por parte del ser humano.