Tanía Violeta, tiene 24 años y hasta hace 12 horas era una completa desconocida para el grueso de la opinión pública. Pero la vida le cambió en un segundo cuando varios medios de comunicación revelaron unas fotos en las que ella era la protagonista. Titulares como: “En fotos buscan a los espías”; “Imágenes del lugar desde donde se habría chuzado a negociadores en Cuba”; “Los militares, en el lugar de inteligencia del Ejército”.
De inmediato su teléfono comenzó a sonar: sus papás, hermanos, tíos, primos, familiares y amigos la han llamado para hacerle un decena de preguntas como: ¿USTED EN QUÉ ES QUE ANDA METIDA? ¿USTED HACE PARTE DE UN EQUIPO DE INTELIGENCIA MILITAR? ¿TANÍA, USTED ANDA CON ESOS HACKERS?, pero su respuesta ha sido la misma para todos “En nada raro, las fotos que mostraron los medios son de hace un año cuando me contrataron para ser modelo de protocolo en un evento de tatuajes, eso es todo”.
No parece asustada. Dice que solo visitó una vez aquel sitio llamado BUGGLY ETHICAL HACKING, aquel lugar que hoy el propio comandante de las Fuerzas Armadas, Leonardo Barrerro, aceptó se trata de una base de seguridad informática que contrata con el Estado.
Pero sí está incomoda. Le parece un error que los medios hayan sugerido -con su foto en primer plano- que ella hace parte de un equipo que interceptaba comunicaciones y mucho menos que trabajaba para entorpecer el proceso de paz que se lleva a cabo en La Habana. “Algunas fotos las sacaron de mi perfil de Facebook. Yo ni hago parte de una red de hackers, ni la gente que aparece conmigo era militar y ni los conozco. Ellos solo son jugadores de Cosplayer (disfraces de roles entre ellos militares) que aparecieron ese día a un evento de tatuajes y como yo, que estaba contratada como modelo, me pedían muchas fotos. También me tomé fotos con ellos porque me estaban enseñando las armas con las que juegan”, dice Tania, tan segura que no gaguea en un solo momento.
Tania Violeta nació en Cumbal (Nariño), estudió unos semestres de Derecho en Manizales y hace cinco años se trasladó a Bogotá. Ahora trabaja en una empresa de importaciones, cuando la llaman para eventos públicos labora como modelo de protocolo y acaba de hacer una aparición de extra en una serie de FOX. Solo sabe manejar las redes sociales y, dice, que el día que estuvo en aquella convención llamada Tattoo Hack, no entendió nada cuando se abrió un espacio para enseñar a violar las claves de WI FI en cualquier zona.
“A mi me llamó un tatuador que se llama Andrés Torres, me contrató para ser la modelo y tatuarme. No vi nada raro, solo era extraño la fusión entre tatuadores y los hackers”, cuenta la jovencita que exhibe una docena de tatuajes en su cuerpo. Así mismo afirma: “El día del evento ni siquiera habían militares. Los policías que aparecen en las fotos, llegaron para ver si el lugar tenía permiso para el evento porque también había música”
Muchos de sus amigos le han aconsejado demandar a los medios que, según ellos, dejaron por el piso su buen nombre y perjudicaron su imagen pública. Tania dice que no sabe si hacerlo porque no desea tener problemas con nadie, pero si quiere exigir que en el mismo espacio que le dieron a su imagen, se aclare que ella es una simple modelo a la que le tocó cerrar su fan page en Facebook, porque la gente piensa que ella andaba chuzando a altos mandos del Estado colombiano.