Esto no es un juego: La niña de 10 años que tuvo un bebé

Esto no es un juego: La niña de 10 años que tuvo un bebé

Según datos del DANE, cerca de 20 mil niñas menores de 14 años quedaron embarazadas entre el año 2011 y 2013. Para la directora del ICBF se deben judicializar estos casos, una propuesta polémica.

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octubre 09, 2014
Esto no es un juego: La niña de 10 años que tuvo un bebé
Foto usada como ilustración / Diariodelnorte.com

Cuentan que la pequeña Conchita Arregocés* cuando apenas cumplió 10 años se dejó deslumbrar por la palabrería Wayúu y los ojos indios de su primo Rafael Arregocés*. El hombre, siete años mayor que ella, la empezó a tentar desde el día que la vio llegar a Potrerito, una ranchería cerca de La Junta. A la niña la había enviado su papá para que cuidara a la abuela que estaba enferma. Una semana después Conchita salió a traer agua y Rafael la estaba esperando. Caminaron. Ella se dejó llevar por los senderos de polvo hasta llegar a la casa de él, quien aprovechó que no había nadie. Entraron en aquella morada hecha en argamasa y bahareque con forma de luna llena. Él la acostó, le subió el vestido, ella se quedó mirando hacia el cielo de paja, lloró, pero pensó que eso era el amor.

Cinco meses más tarde, el cambio en su cuerpo y la prominencia en su panza asustó a Conchita, a quien ya le era difícil llevar el agua a su michipala. De modo que le mostró a su papá, quien creyó que a la niña le había salido un tumor. El papá la llevó al hospital y allá le dieron una noticia de no creer: Conchita, una niña de 10 años, estaba embarazada. Después de indagar y encontrar al “culpable”, lo llamaron para arreglar el asunto a la manera Wayúu: pagar una compensación en especie a la familia. El negocio se cerró y todo quedó de esa manera.

Doce semanas pasaron hasta que llegaron los dolores intraducibles del inminente parto. La barriga era más grande que ella y quería explotar. El papá de Conchita echó en una bolsa de plástico una toalla, un vestidito de su hija, el carné de la EPS Anas Wayúu y salieron apurados hasta el hospital para que la atendiera el doctor Petit. Conchita entró con signos de preeclampsia de modo que el parto se complicó un poco. Pero eso no fue todo, de inmediato el médico Petit supo que a la niña había que hacerle una cesárea porque su pelvis no se había desarrollado aún y esto complicaba más la situación. Minutos más tarde la muñeca que vino al mundo para ser educada por una mamá de 10 años, anunció su llegada con un cálido llanto. Pesó 2.880 gramos y midió 47 centímetros.

En La Guajira casos como este van en aumento. De hecho, hace un mes una situación similar alarmó sobremanera a Cristina Plazas la directora nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Tanto así que viajó hasta Riohacha para apersonarse del tema. La historia que se encontró era casi que calcada a esta que LAS2ORILLAS pudo reconstruir: una niña menor de 14 años años accedida sexualmente por un adolescente mayor de 16. Enterados de la noticia, el ICBF buscó a la niña, abrió un proceso de protección, la enviaron donde una madre sustituta Wayúu y avisaron a las autoridades competentes para abrir un proceso de judicialización contra el adolescente que embarazó a la menor, niña que en este caso tiene apenas 11 años de edad.

Pero aquí es donde se ha abierto una polémica sobre la supuesta nueva estrategia que al parecer desea implementar la directora del ICBF. Hace poco en una entrevista en CM&, Cristina Plazas dijo: “Yo sí creo que tenemos que hacer un llamado a las autoridades competentes. A la Fiscalía, al poder judicial, para que judicialicemos estos casos porque no hemos visto realmente una respuesta del poder judicial frente a este delito”.

Sin embargo, no es que este delito no esté tipificado dentro de las leyes colombianas. En efecto, la ley 599 de 2000, en los artículos 208 y 209 establece que: “(208) Acceso carnal abusivo con menor de catorce años. El que acceda carnalmente a persona menor de catorce (14) años, incurrirá en prisión de doce (12) a veinte (20) años".

interna-foto-amnestyorg - Esto no es un juego: La niña de 10 años que tuvo un bebé

Foto: archivo amnesty.org

De tal suerte que la pregunta que ha surgido dentro de algunos investigadores de ONG’s, es si: “¿el ICBF de ahora en adelante se va a dedicar a buscar que se judicialicen todos los menores de 16 años que embarazaron a las niñas menores de 14?, ¿Esa es la solución a tan grave problema?”, se pregunta una investigadora con la que habló este portal. “La salida no puede ser esa. Cristina Plazas dice en una entrevista con Yamit Amat que van a enviar al chico que embarazó a la niña Wayúu a una de las dependencias del ICBF para que se ‘resocialice’. ¿Qué es eso? Si es que la niña ya tuvo al bebé, el ‘daño’ –si se quiere llamarlo así- ya está hecho. Y ni los hombres de la comunidad Wayúu, ni los hombres de Antioquía –el departamento donde más se sufre este fenómeno- o del Valle, o de Santander, Etc., van a resocializarse porque vaya a la cárcel uno de estos chicos que por ignorancia abusó de una menor, a menos que la estrategia de la directora del ICBF sea poner cada caso en evidencia pública para advertir que hay una ley que dice que el que acceda sexualmente a una menor de 14 años va derecho para la cárcel. El problema es de educación, el problema no es punitivo”, recalca la profesional que se encuentra realizando un estudio del tema y prefirió, hasta que salga su documento, proteger su nombre.

LAS2ORILLAS trató de comunicarse con Cristina Plazas para profundizar un poco más en la propuesta que desea implementar pero fue imposible que atendiera a este medio. Y es que el problema es mucho más grave de lo que se piensa. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), entre los años 2011 y 2013 se presentaron en Colombia 19.927 casos de embarazos en niñas menores de 14 años, teniendo al departamento de Antioquia y a la ciudad de Bogotá como los lugares donde más se presenta este fenómeno.

Así mismo, la Fundación Plan en sus trabajos de terreno se ha encontrado con unas variables mucho más densas en el embarazo de niñas menores de edad. Y es que, no todos, ni la mayoría de los casos se presentan por el acceso carnal abusivo. Por ejemplo, en un porcentaje bastante alto las niñas, por situaciones de violencia intrafamiliar o por la misma pobreza en la que viven, muchas quedan en embarazo para salir de la casa porque ven esto como "el único camino que tienen para ser reconocidas y valoradas. Esto es muy preocupante, el país debe trabajar para ampliar las oportunidades de las niñas y  fortalecer las responsabilidades paternas de los niños. En el país hay una sobrevaloración de la maternidad, que se vende con fin único y último de las mujeres. En contextos con pocas oportunidades de educación, participación, generación de ingresos y convivencia pacífica, las chicas no tiene otra salida en su vida distinta a ser madres", dicen los expertos de la Fundación Plan.

Esta variable, incluso, también ha sido detectada por los funcionarios de otras organizaciones. Martha Lucía Rubio, profesional del Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas enfatiza mucho en este punto: “Nuestros medios y cultura han fortalecido esa idea de ser madres. Sí, está bien, pero no a temprana edad. Uno analiza con detenimiento y las niñas a través de los medios se forman esa idea que los hijos son el sentido de la vida de las mujeres. Pero primero hay otros. Hay muchas etapas en la vida de las mujeres y las niñas no las están viviendo. Hay que trasformar el concepto de ser madres a temprana edad. Las niñas se pierden de mucho. Debemos fortalecer esos mensajes positivos de las etapas de las mujeres”, dice Rubio.

De hecho, las cifras dan cuenta que el 50% de la deserción escolar, según el DANE, se presenta por estos casos de embarazos adolescentes. Muchas de estas, el 11%, no vuelven a retomar sus estudios. Las alarmas están prendidas. Al caso de Conchita y la niña que visitó Cristina Plazas se le suman más de 2500 que se han detectado en lo que va corrido de este año.

Lo más probable es que Conchita Arregocés deba levantar a su hija sola, porque ya no hay de otra. Mientras que su primo y efímero enamorado Rafael Arregocés se deba enterar que lo que cometió fue un delito que lo puede llevar a la cárcel; pero que de haberlo sabido antes, quizá más bien le hubiera regalado una muñeca a aquella niña de 10 años que un día simplemente fue a cuidar a su abuela.

**Los nombres de los menores fueron cambiados por petición de las fuentes.

Twitter autor: @PachoEscobar

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