En los años 80 el poder de la coca enamoró el territorio. Ahora cuando el imperio cocalero comienza a decaer, las petroleras internacionales coquetean nuevamente en este departamento.
Como las historias de amor, todo comienza con pequeños detalles que atraen: ofertas de trabajo, uniformes deportivos, kits escolares para niños, promeses de construcción de hospitales, carreteras, entre otros, hacen parte de las estrategias con las que las petroleras conquistan algunos sectores de la población.
Mientras que unos pocos se benefician de dichas ofertas, las organizaciones de base han comenzada a investigar y visibilizar los impactos negativos ambientales y sociales que se están generando en el territorio. Blanco Alirio Calderón, miembro de la Comisión por la Vida del Agua del municipio de Belén de los Andaquíes menciona que los 4 momentos para la extracción del crudo son de gran impacto ambiental en el territorio.
“sísmica generada con implosiones de dinamita desvía las aguas subterráneas, además interrumpe las capas tectónicas, luego en la fase de perforación se desforesta grandes zonas del ecosistema amazónico con afectación directa a los cuerpos de agua, la producción que utiliza químicos de alto impacto ambiental y para la vida humana no es controlada y la fase de transporte ha debilitada la poco infraestructura vial con que cuenta el departamento.
En el Caquetá según estudios, el petróleo esta de manera bituminosa, quiere decir concentrada en gravilla tamizada, esto representa acabar con la capa vegetal, para poder tratar a cielo abierto estas arenas; para producir un barril de petróleo se necesita hasta 18 barriles de agua, de manera preocupada menciona el líder comunitario.”
Entre el encanto de las promesas y la realidad hay muchos problemas que solucionar.