Ante lo poco rentable que es la producción de plátano en Caquetá, un campesino del municipio de Puerto Rico asegura que sembrar coca es buen negocio. En tres meses, una hectárea de esta planta puede producir hasta 3 millones de pesos. De esta suma quedarían libres alrededor de 2 millones 250 mil, que equivalen a 750 mil mensuales en ganancias. Estas son sus cuentas:
La nueva ley aprobada por el congreso norteamericano busca criminalizar a campesinos como este involucrados en la producción de coca. Sin embargo, aún se cuestionan sus efectos en Colombia.
La senadora demócrata Dianne Feinstein autora de la ley aprobada por el Congreso y ahora sancionada por Obama explicó sobre la nueva norma: "esta ley le da a las fuerzas del orden las herramientas necesarias para reducir el volumen de droga que cruza nuestras fronteras. Autoriza la persecución del crimen trasnacional para reducir el flujo de drogas ilegales que llegan a EE.UU. desde terceros países".
No está claro si con la nueva ley la responsabilidad se extiende hasta los cultivadores y raspachines, que son los primeros en la cadena de producción, al punto que su trabajo tiene que ver con la planta de coca, previa a ser transformada en alcaloide. Los cultivadores –aunque nunca sepan quién es el capo que trasforma y moviliza la droga a EE.UU– sí saben que el destino de esos arbustos será Estados Unidos, pero por más amenazas que reciban, no dejarán de cultivarla hasta que su escenario económico no cambie. ¿Correrán algún tipo de riesgo?