De entrada, quisiera partir de la base de que no hay nadie blanco, pero sí tiramos muchos a esa tonalidad, así como los negros al color negro, pero en este texto hablo de negros y blancos por simple economía del lenguaje. Hecha la aclaración, empiezo introduciendo con unos pequeños ejemplos que darán un panorama general del objeto de este artículo: ¿Qué sucedería si hubiera barberías en donde los clientes y servidores fuesen estrictamente blancos, o si hubiera conciertos de blancos y para blancos, fomentando un “orgullo de la raza blanca”, o si hubiera grupos en redes sociales que inviten solo a blancos? Seguramente habría protestas, además de una indignación manifiesta por parte de la comunidad negra o afrodescendiente rechazando estos actos racistas, lo cual estaría totalmente justificado.
La comunidad negra maneja una especie de etnocentrismo, en términos de Levi-Strauss, quien decía que los hombres han visto en la diversidad de cultura una especie de monstruosidad o de escándalo más que otra cosa; y esa apreciación se la acomodo en este caso a los negros, aunque claro, es un etnocentrismo y un racismo invisibilizado a los ojos del resto de la sociedad porque como son negros y han sido tan explotados antaño, entonces les valemos que paguen con la misma moneda. Para el negro, los blancos somos más mentirosos, más corruptos, menos honrados, no tenemos ‘sabor’, no somos ‘raza fuerte’, somos flojos, no aguantamos nada; ellos son todo lo contrario.
Hace un tiempo en Facebook ya había hecho una publicación al respecto, y una ‘amiga’ me comentó lo siguiente (sic):
“Es que el racismo principalmente lo hacen los negros... 1. Al sentirse ofendidos cuando se les dice "negros" eso es no aceptar su color.
2. Cuando piden derechos exclusivos por ser "negros".
3. Por llamarse minoría y hacerle pro a las campañas que los segmenta en vez de incluirlos como seres humanos y punto.
En fin, ellos son felices cuando se les excluye, se les llama minoría y se les dan derechos diferentes. (aclaro, NO TODOS)”
En cuanto al primer punto que ella toca, concerniente a sentirse ofendido porque se le dice negro a alguien negro, es una completa tontería, y sentirse ofendido por ello es ya demostrar una especie de complejo de inferioridad o desprecio por su color de piel; es como si me ofendiera porque me dijeran blanco. Por qué ofendernos cuando alguien hace referencia a nuestro color (o tonalidad) de piel para llamarnos porque no saben nuestros nombres, o simplemente por “cariño” o “economía del llamamiento (?)” .
Respecto a lo segundo: piden o tienen derechos exclusivos por ser negros. Eso ya es una forma de inferiorizarlos, o de ellos mismos pedir que se les inferiorice. Por ejemplo, hay exámenes de admisiones especiales para afrodescendientes en las universidades públicas (desconozco si en las privadas también), que no queda de más mencionar tienen un grado de dificultad menor al oficial para blancos y gente “normal”, por lo que muchos blancos optan por hacer chanchullo y presentar el examen de admisión como negros. Cosas como estas deberían de exterminarse, porque quién dice que un negro no tiene la misma capacidad intelectual del blanco. Es decir, ese examen de admisión para afrodescendientes es en sí mismo excluyente, cuando lo que busca es inclusión. Siguiendo un poco a Rancière, filósofo francés, la inclusión eterniza la exclusión, la vivifica, la hace presente en todo espacio. Así, se tendrían que crear exámenes para comunidades LGTBI, por decir algo.
Ahora, el tercer punto que toca mi amiga virtual: es cierto, hay campañas que los segmenta y los pone como “cosas raras” a las cuales hay que respetar. De hecho, considero que hay mejores formas de hacer campañas de inclusión sin ser tan específicos, como cuando vemos un comercial en la televisión en donde hay negros y blancos (cosa totalmente normal) ya se incluye al otro sin necesidad de hacer campañas “incluyentes” como esas que dicen “los afrodescendientes tienen los mismos derechos que tú”.
Finalmente, desviándome un poco del hilo, y paa conclui, quisiera anotar un par de cosas alrededor de la música de ChocQuibTown que si bien no promueven de forma tan directa el racismo, sí dan pie para que los negros oyentes lo hagan. ChocQuibTown no tiene letras racistas propiamente, aunque hay un apartado de una canción en donde dice Tego Calderón: “Subí como la espuma / Represento negrura”, y entonces valdría la pena preguntarnos qué hubiera pasado si hubiera sido un blanco el que en una canción hubiera dicho lo mismo pero exaltando el color de piel propio. Evidentemente la avalancha de críticas no se hubiera hecho esperar, lo cual sería completamente aceptable. Exaltar colores o tonalidades de piel es racismo.
Sin embago, ChocQuibTown en alguna entrevista con El Espectador, manifestaron que cuando salen de Colombia no son negros, sino colombianos (quiero creer que lo mismo hacen cuando están dentro de Colombia, que no son chocoanos ni negros sino colombianos). Sin embargo, pareciera que sus seguidores captaran un mensaje de “superioridad de raza” en las letras del grupo musical, puesto que si nada más echamos un vistazo al perfil de Facebook del grupo, hay comentarios racistas por doquier, a saber:
- Mujer negra: “Soy negra con orgullo lo digo somos los del sabor ....”
- Mujer negra: “Que rico ser negro que sabor q calidad de gente”
- Mujer blanca: “Siempre he deseado ser morena!!!!”
- Mujer blanca: “siempre he pensado que el color de la piel no es lo que nos define como "buenas o malas personas" pero si le da la sabrosura y negro es el del sabor no hay que negarlo jajajaja... Bendiciones #ChocQuibTown”;
- Hombre negro: “En este país se vive un racismo maquilladoPero el que grande es grande pa lante mis negros”
- Mujer negra: “Para mi el "negro" lo mejor de Colombia así a muchos les arda. Si es por color a cuantos blancos podemos señalar como malas personas.”.
Y lo que dice esta última mujer no se aleja mucho de la realidad, porque para muchos negros, los blancos somos de lo peor de la sociedad, como en párrafos anteriores alcancé a esbozar. Además, siguiendo en las redes sociales, hay grupos en Facebook que tienen nombres del corte de “negritos full prietos” hasta “solo negros” e incluso dentro de ellos mismos hay una especie de selectivismo: “solo negros chimba”, y aseguraría que muchos de ellos son fans del grupo chocoano.
Sin embargo, todos los negros no tienen por qué cargar con la cruz de ser racistas, así como todos los blancos. Estuve indagando sobre esto del racismo entre negros, y encontré un capítulo de un programa llamado “What would you do?”, en donde una negra (actriz del programa) es peluquera y al sitio de trabajo entra una mujer blanca, a quien le lanza comentarios degradantes, simulando un evidente caso de racismo, a lo que un negro le dice de manera indignada: “De lo mal que lo hemos pasado como raza, ¿vas a pagar con la misma moneda?”. En ese orden de ideas, hay negros que son conscientes de que pagar con el racismo con el que fueron atormentados hace años, y aún hoy muchos, no es la mejor opción para combatir esa discriminación. Desde la tolerancia es que muchos combaten, y es como todos lo deberían hacer. Los negros deben de ir dejando a un lado esa “endogamia cultural” que manejan (me atrevo a robarle este concepto a Yunis Turbay). Hay que ver más allá del mismo círculo y notar que hay otros que los queremos acoger, pero para ello deben poner de su parte.
Twitter: @TiiagoMolina
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