El día de hoy, 28 de marzo de 2014, 5.000 habitantes de los barrios de Buenaventura, acompañados de jóvenes de distintas regiones del país, marcharon contra la muerte criminal y por el derecho a morir de viejos. Han convergido allí para expresar a todo pulmón, para que los escuchen más allá de este puerto, que necesitan oportunidades para poder realizarse como seres humanos y construir proyecto de felicidad. “Queremos opciones, para que no nos toque sobrevivir teniendo que ofrecer nuestra vida para ello”, dijo uno de los participantes. “No queremos sufrir más señalamientos porque somos de tal o cual barrio, todos somos iguales y queremos que nos traten así”; señaló una cantaora de alabaos.
Jóvenes de la Legión del Afecto de 20 regiones del país que padecen también señalamientos y violencias de todo tipo, los han acompañado con malabares, rituales y sacralizaciones a Buenaventura. “Somos jóvenes con problemas acompañando a jóvenes con problemas, somos dispensadores de amor, porque el amor es lo que más contradice a la violencia”; señaló un legionario de Cartagena. “Si nos dan oportunidades, cambiaremos a nuestro país”; “Nosotros somos y seremos los verdaderos protagonistas de la paz, no son los de La Habana, somos nosotros los jóvenes porque somos los que podemos construir la paz y la reconciliación en la vida cotidiana”, fueron palabras de varios legionarios.
Una caravana de botes y canoas que recorrieron los manglares donde son tirados los cadáveres despedazados de jóvenes, ritualizó estas aguas para que esas almas encuentren la paz, pero sobre todo, para los vivos que siguen sembrando el terror y el odio. Para que se atrevan a volver a mirar el mar, como fuente de vida, paz y tranquilidad. Buscando volver a teñir las aguas del mar “PACIFICO” con energía de vida y no de muerte, para que de allí salga la vida y no sea donde se deposite la muerte. Allí, las cantaoras de alabaos acompañaron esta energía negativa de la muerte para que pare allí. Luego, los jóvenes se vistieron de alegría, de baile, de territorio, de dialogo de saberes y de conocimientos ancestrales. Los cuales con la cadencia de los ritmos de su cuerpo y de su alegría innata, le cantaron a la vida y a la esperanza….”, contagiando el coraje y valentía que expresaba un abuelo del barrio Alfonso López, cansado ya de los muchos años de las violencias, “No nos derrotaran, no nos vamos a quedar callados….vamos a luchar por nuestras vidas, y vamos a pedir a las autoridades que hagan bien su tarea de servirle a la gente, porque para eso pagamos impuestos”.