Tres calles sobre la avenida 19 con calle 100 en Bogotá se cerraron para que Andrés López contara cómo un libro, El camino a la felicidad, le había cambiado su vida. Fue la ocasión para inaugurar, hace un año, la sede de la iglesia de cienciología más importante en Latinoamérica. Ese día compartió atril con coroneles de la Policía y las actrices Rudy Rodríguez y María Lara, todos cienciólogos, para hablarles a las 2.500 personas que fueron a escuchar los discursos de Ronald B. Hubbard, quien creó esta religión, que ha calado entre muchos poderosos del espectáculo en el mundo. La sede que se inauguraba es una mole de nueve pisos, recibe cerca de 500 fieles, y no disimula los más de cinco millones de dólares que costó la construcción.
Hubbard cerraba sus fiestas embriagado con mujeres desnudas que se quedaban a oírlo cantar porque entre el alcohol que corría por sus venas también había algo de artista. Como escritor de novelas de ficción armó una religión porque el poder de la palabra siempre estuvo de su lado. Esta religión la profesan artistas y gente pudiente capaz de pagar los 22 millones de pesos que se necesitan en Colombia para llegar al nivel de experto. Andrés López forma parte de ese selecto grupo, junto a las actrices Rudy Rodríguez y María Lara, de esta religión que nació en Los Ángeles en 1954 y que se define como el estudio y tratamiento del espíritu en su relación consigo mismo, con los universos y con otras formas de vida (según el libro Qué es cienciología).
Andrés López llegó a la cienciología en el 2003 por el papá de una exnovia. Estaba bajo de ánimo, ‘La pelota de letras’ no despegaba y ya se iban a cumplir 10 años desde que la creó. Como conductor de la emisora La Mega invitaba a sus oyentes a que fueran a ver lo que había escrito pero nadie iba. Fue entonces cuando su suegro le dio unos libros sobre crecimiento personal, basados en la dianética, el método que inventó Hubbard para cuidar la salud mental, y despegó como comediante.
Fue tan entregado que un año después se aprendió los 21 mandamientos de esta religión y empezó a llenar teatros con ‘La pelota de letras’. Andrés López repite como un padre nuestro que el mundo pudo conocer la obra que había creado hace 10 años gracias a ‘a la tecnología desarrollada por el gran filósofo contemporáneo’. Con los años conoció los 400 cursos que ofrece la cienciología y recibió el título de embajador de ‘El camino a la felicidad’.
Con su cara impresa sobre la biblia de los cienciólogos: ‘Una guía basada en el sentido común para vivir mejor’, Andrés López les dictó charlas a 101 policías sobre cómo conseguir el éxito. Con un mismo discurso también repartió libros en plena selva, entre los guerrilleros faltos de espíritu, y se convirtió en la cara de la cienciología en Colombia. Ya había alcanzado la fama y tenía plata; ya había colapsado teatros en Londres y en Tunja con sus stand-ups, pero como cienciólogo todavía le quedaba un escalón más.
A sus 45 años, mientras con su obra ‘Llegar a Marte’ sigue abriendo escenarios de grandes comediantes en el mundo, Andrés López decidió irse de Colombia para formarse como auditor, el cargo técnico más alto en su organización. Viajó a Clearwater, Florida, en Estados Unidos, para prepararse en un sistema que promete con una máquina leer los pensamientos de la gente para ayudarlos a salvarse. En ese mismo lugar, la meca de los cienciólogos, también se refugia Tom Cruise para mantener en secreto una relación íntima que tiene con David Miscavige, el máximo líder de esa secta en el mundo.
Andrés López regresará a Colombia ungido a liderar los 40 mil seguidores que tiene la religión.
